Débil inicio de la temporada turística

Redacción Fortuna

ISE 1055

Durante la época del verano una de las actividades de mayor crecimiento es la del turismo interno. Aunque aún no existen cifras oficiales y definitivas de la cantidad de viajeros en nuestro país, los primeros datos del sector revelan que el comienzo de la temporada para los destinos locales no fue el más alentador.

En el caso de la costa Atlántica Argentina las estimaciones refieren a caídas del orden del 10% de la llegada de turistas respecto del año pasado. Si bien durante los fines de semana el caudal de visitantes muestra cierta mejora, durante los días hábiles la ocupación hotelera se reduce marcadamente. De acuerdo a los entes oficiales de Mar del Plata, sólo el 50% de la capacidad hotelera de la ciudad balnearia fue utilizada, cuando en igual período del año pasado era del 70%.

Las mismas noticias llegan desde zonas turísticas por fuera de la provincia de Buenos Aires. En Mendoza por ejemplo, la ocupación hotelera pasó de 70% que alcanzó en enero de 2015, a alrededor de 55% para esta temporada. Lo mismo sucede en Córdoba, donde se registró una reducción de hasta el 20% de la capacidad hotelera en algunas de las principales ciudades de la provincia.

La contraparte de la caída del turismo interno es un aumento de la salida de argentinos a otros destinos internacionales. Por caso, desde Uruguay afirman que la llegada de turistas argentinos se incrementó entre un 10% y 12% y en Brasil, si bien no hay cifras oficiales de la cantidad de visitantes de nuestro país, los registros marcan una fuerte oleada al país vecino, acorde con el aumento de las ventas de pasajes al exterior.

Aunque se espera que durante el transcurso de la segunda quincena de enero repunte el movimiento turístico en el país (con promociones y ajuste de los precios de por medio), el comienzo de la temporada marca una preocupante tendencia para el sector. Es que el aumento de los precios internos tras la devaluación golpeó el ingreso de las familias, mientras que aquellos que pese ello pudieron seguir viajando, eligieron los destinos internacionales que, aún con la suba del tipo de cambio oficial, se mantienen baratos en relación al turismo interno, misma razón por la cual la llegada de extranjeros no llegó a compensar la salida de los argentinos.

La suba del dólar oficial no mejoró la competitividad del turismo interno

En los últimos dos años los veranos argentinos han sido positivos para el turismo local. Tras las caídas de 2012 y 2013, con la devaluación de 2014 el número de viajeros en el país mostró una expansión en el primer bimestre del año (+3,7% i.a.), tanto por parte de residentes (+3,4% i.a.) como de no residentes (+4,9% i.a.) conforme a la Encuesta de Ocupación Hotelera (EOH) elaborada por el INDEC.

El año pasado, la cantidad de turistas que recorrieron nuestro país continuó creciendo en la gran mayoría de las regiones, de modo que en el primer bimestre de 2015 el número de visitantes en todo el país aumentó 6,2% i.a. Pese a que el efecto de la suba del tipo de cambio de comienzo de 2014 prácticamente se había sido disuelto por el alza de los precios internos, la recuperación del ingreso de las familias durante el período apuntaló el movimiento turístico interno.

Todavía no están disponibles las cifras oficiales sobre el turismo total en nuestro país para lo que va de 2016, y aún queda más de un mes para que la temporada estival finalice, pero a diferencia de lo ocurrido en los últimos dos años, los sectores vinculados a la actividad turística afirman que la cantidad de visitantes en enero se redujo sensiblemente.

Aunque este fenómeno está vinculado al deterioro del poder adquisitivo de las familias a raíz de la aceleración de la inflación de los últimos meses, el aumento de los viajes de los argentinos al exterior indica que otros factores influyeron sobre la caída del turismo local.

Lo primero que debe mencionarse es que muchos de los viajes al extranjero fueron contratados el año pasado: frente a la expectativa de la devaluación y la incertidumbre sobre el nivel al que llegaría el tipo de cambio oficial, muchos argentinos anticiparon la compra de paquetes turísticos internacionales para aprovechar el dólar subsidiado, percibido como tal en ese entonces: entre octubre y mediados de diciembre, la brecha entre el Dólar Tarjeta (+35% adicional sobre el minorista) y el informal promedió el 20%.

A eso se sumó que las agencias de turismo ofrecieron atractivos planes de financiación (pagos en cuotas sin interés y descuentos) para captar justamente la mayor demanda previo a la apertura del mercado cambiario. Así, cuando analizamos el gasto con tarjetas de crédito en moneda extranjera (que incluye otros gastos adicionales además de viajes al exterior) se observa que el stock de préstamos aumentó 51% i.a. en el último trimestre de 2015 (vs. 37,2% i.a. en los primeros nueve meses del año).

Pero más allá del efecto arrastre del año pasado, la preferencia de los argentinos por los viajes al exterior ante los destinos locales no parece haber disminuido en lo que va del 2016. Es que si bien el tipo de cambio oficial aumentó tras la liberalización del mercado cambiario, este llegó a niveles similares al valor del Dólar Tarjeta que prevaleció en los momentos previos a la apertura del cepo. En este sentido, el impacto de la devaluación fue prácticamente nulo en el caso de los viajes al exterior, y de hecho si comparamos además los precios internos con los del exterior, así como la evolución de las monedas de los destinos internacionales más populares que eligen los argentinos para vacacionar, se observa que, en términos relativos, viajar al exterior aún sigue siendo barato en comparación con el turismo interno.

El caso más representativo es el de Brasil, que concentra el 30% de las visitas argentinas. La inestabilidad interna y la amenaza de la suba de la tasa de interés de referencia de la FED (que finalmente se concretó en diciembre) generó una fuerte depreciación de la moneda de nuestro principal socio comercial (+47% en 2015), que llevó al tipo de cambio real bilateral con Brasil a los niveles más bajos de los últimos quince años: en la actualidad se encuentra 45% por debajo de la paridad promedio de 2005-2011, período en que hubo una fuerte apreciación nominal del Real brasileño.

Al encarecimiento relativo del turismo interno se sumó además las promociones de los destinos del exterior. En Uruguay por ejemplo, a donde va alrededor del 20% de los turistas de nuestro país, volvieron a implementarse las medidas que desde 2012 buscan atraer a los argentinos, tal como descuentos en el precio de los combustibles, devolución del IVA en servicios turísticos, y del alquiler de inmuebles, etc.

Estos factores explican los viajes masivos de los argentinos al exterior y por qué el inicio de la temporada de verano no fue alentadora para el turismo local. Pero a esto debe sumarse que, por el momento, el turismo receptivo no parece haber compensado la salida de los residentes.

En este caso, si bien el tipo de cambio diferencial del turismo emisivo no aplicaba, en la práctica, y cada vez con mayor frecuencia, los extranjeros acudían al mercado informal, con lo cual la suba que finalmente registró el dólar oficial por debajo de la cotización informal hizo que el shock de competitividad no fuera tal para aquellos turistas del exterior que cambiaban sus dólares en el mercado ilegal.

La eliminación del cepo acotará la pérdida de divisas de la economía formal

Desde el 2011 hasta el año pasado, el sector de turismo presentó un déficit de aproximadamente US$ 2.000 millones promedio por año (vs. US$ -700 millones anuales en 2007-2010), como resultado del atraso cambiario que generó un aumento de los gastos de los argentinos en el exterior así como una reducción del número de extranjeros en el país.

Pero al el rojo del sector se sumó el impacto del cepo cambiario. La ampliación de la brecha, además de alentar las compras en el exterior, hizo que los extranjeros que continuaban visitando al país liquidaran sus divisas en el mercado informal. Así, desde fines de 2011 y mediados de 2015, sólo un tercio del gasto de los turistas extranjeros se realizó en el canal formal, de modo que desde entonces se perdieron alrededor de US$ 13.000 millones que podrían haber ingresado a la economía formal.

Si bien la corrección del tipo de cambio para algunos de los sectores de la economía no ha sido suficiente a la hora de generar espacios de rentabilidad (como el turismo también existen algunas ramas de la industria afectadas por el atraso cambiario), la remoción del cepo ha sido un gran avance a la hora de resolver las distorsiones cambiarias: en adelante, la mayor parte de las divisas del turismo receptivo volverán a ingresar por el canal formal.

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