Fondos buitre | Contar con crédito evita un ajuste fuerte y permite el gradualismo

Por Luciana Carcione (*)| Pasaron 15 años desde que Argentina decidió suspender el pago de su deuda mientras atravesaba una de sus peores crisis.

Redacción Fortuna

Pasaron 15 años desde que Argentina decidió suspender el pago de su deuda mientras atravesaba una de sus peores crisis. Cambiaron muchas cosas en el país y en el mundo en estos años, pero una parte de la deuda permaneció impaga y en conflicto. Grandes fondos, conocidos localmente como “buitres”, que no aceptaron ninguna de las ofertas presentadas en los canjes de deuda de 2005 y 2010, abrieron una disputa judicial para que se les reconociera la totalidad de su acreencia. Para ese planteo obtuvieron una sentencia firme en sede judicial que se ignoró por considerarla injusta. A partir de esta instancia se generó un segundo default porque se vio impedido el pago a otros acreedores a través de una medida cautelar impuesta en tanto no se acatara el fallo.

Finalmente, Argentina y los fondos acreedores más importantes llegaron a un acuerdo. Se le pagarán US$ 4.653 millones a Elliott Management, Aurelius Capital, Davidson Kempner y Bracebridge Capital. Este monto representa una quita del 25% que, claramente, es una reducción mucho más modesta que la establecida en las sendas ofertas de canje. No obstante, al momento de evaluar el acuerdo se debe considerar que en este caso el margen de maniobra es muy acotado ya que este grupo de acreedores contaba con un fallo firme por el 100%.

El ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, hizo hincapié sobre este punto durante una conferencia de prensa aclarando que se respetó el capital reclamado pero la negociación se centró en no convalidar intereses injustificados. Por lo tanto, la reducción del 25% el acuerdo final corresponde, en realidad, a una quita de 40% en los intereses acumulados.

¿Por qué es importante este acuerdo? Para el país, resolver este conflicto implica poder volver al mercado de crédito global. No se puede tomar nueva deuda ni refinanciar pasivos en la medida que Argentina mantenga el estado de default. Es decir que la intención del gobierno es poder tomar deuda. Si esto es positivo o negativo dependerá del destino que se le dé o el mecanismo de financiación que reemplaza.

El gobierno presentó hace algunas semanas un plan fiscal con una proyección muy gradual de reducción del déficit. Esto solo puede concretarse con un programa financiero diseñado para acompañar ese proceso. Sin la posibilidad de financiar el déficit a través del crédito el otro canal es el de la emisión, que se usó de manera abundante durante la gestión anterior. La aceleración en el ritmo de emisión monetaria tiene una consecuencia inflacionaria que el gabinete económico se impuso como prioridad contener.

De esta forma, si la voluntad gubernamental restringe la financiación a través de la emisión monetaria y existe una restricción crediticia, la única alternativa para llegar a la solvencia es una reducción del gasto. En palabras del ministro Prat Gay, “esto evita un ajuste fuerte en partidas sensibles”. Contar con crédito evita un ajuste fuerte y permite el gradualismo. Asimismo, el acceso al crédito internacional tiene el potencial de habilitar la ejecución de grandes obras de infraestructura, imposibles de cubrir con gasto corriente. “Nos pone en la línea de largada para el crecimiento”, sostuvo Prat Gay para referirse a la posibilidad de financiar inversión con deuda.

De cualquier forma, antes de pensar en cómo se van a aprovechar los capitales que se proyectan obtener, los acuerdos conseguidos por el equipo económico deben ser ratificados en el Congreso. Se espera que esta semana el gobierno los presente para debate para obtener la aprobación legislativa. Hay un plazo límite que atender, con lo cual debates largos y desacuerdos podrían atentar contra la estrategia oficial. Para el 14 de abril se tiene que haber completado el pago, en efectivo, porque de no ser así el acuerdo podría anularse. Se estudia aprovechar la nueva relación de país con los mercados para cubrir estos pagos con una emisión de bonos y evitar que caigan las reservas.

Por último no debe olvidarse que si bien en caso de llegar a una solución se habrá resuelto al situación con los cuatro fondos más beligerantes, de acuerdo a lo expuesto en la fase final de la conferencia de prensa, todavía restan acreedores que no entraron a los canjes 2005 y 2010 para quienes se mantienen propuestas abiertas similares a estas.

(*) Economista.

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