Cavallo: "Ahora, reformas para exportar e invertir"

Por Gustavo García / El ex ministro de Economía de Carlos Menem y Fernando de la Rúa elogía el retorno al FMI. Por qué sugiere una flexibilización laboral.

Redacción Fortuna

Su sólo nombre desata vendavales. Hay quienes lo recuerdan como el promotor de una era de estabilidad pocas veces vista en la Argentina. Otros como el creador de un esquema monetario que terminó volando por los aires luego de haber anestesiado al país durante una década. Domingo Felipe Cavallo es todo eso al mismo tiempo, y mucho más.

Curtido en el arte de negociar con el Fondo Monetario Internacional, el ex ministro de Economía de Carlos Ménem y Fernando de la Rúa, aquel al que le supo caber la categoría de súper ministro, tiene hoy una mirada positiva sobre el acuerdo firmado con el organismo, aunque no exenta de observaciones hacia lo que el Gobierno debe hacer de aquí en adelante.

Fortuna: ¿Qué lectura hace del acuerdo firmado con el FMI?

Cavallo: Lo más importante del acuerdo es que se recupere el crédito público. Ninguna economía puede funcionar sin crédito, tanto para el sector público como para el privado. Y el problema que se había presentado en el último mes es que, de repente, se había interrumpido el financiamiento externo y eso repercute también en el financiamiento interno.

Fortuna: ¿Era algo que podía ocurrir en cualquier momento llevando adelante esta política de endeudamiento constante?

Cavallo: Son cosas que ocurren en muchas economías, no sólo en la Argentina. Ocurrió en Estados Unidos en la crisis de las hipotecas de 2008. Allí hubo una interrupción repentina del financiamiento y por eso muchos bancos estuvieron en situación crítica.

Fortuna: ¿De no haber acudido al Fondo el ajuste tendría que haber sido más severo?

Cavallo: Lo importante es el contenido del programa económico que se va a implementar. Fue razonable recurrir al Fondo porque sin nada de crédito hubiera sido imposible hacer el ajuste de una manera socialmente soportable y económicamente viable.

Fortuna: El mismo organismo dijo que ahora el esfuerzo hay que hacerlo entre todos. ¿Cree que ese mensaje ha llegado a la gente?

Cavallo: Siempre el esfuerzo se hace entre todos. La cuestión es buscar la forma de que sea lo menos costoso para todos, y en particular que sea equitativo.

Fortuna: ¿Es viable la senda de disciplina fiscal del Gobierno?

Cavallo: A mí no me gusta hacer pronósticos. El Gobierno no tenía otras alternativas que avanzar más rápido hacia un ajuste fiscal e introducir una política monetaria como la que se ha anunciado. El ritmo en el cual se estaba produciendo el ajuste fiscal antes, y en particular el tipo de política monetaria que se estaba aplicando, no estaba produciendo los resultados que se deseaban. Incluso llevó a esta situación de pérdida del crédito público.

Fortuna: ¿Faltó coordinación entre la política monetaria y las metas fiscales?

Cavallo: Hay miles de opiniones, pero creo que se podría haber hecho lo que se está haciendo ahora, pero de entrada. Eso le hubiera facilitado al gobierno de Macri avanzar más rápido hacia los objetivos planteados, que son los objetivos que la Argentina necesita. El Gobierno de Macri subestimó la gravedad de la herencia y pensaron que iban a tener más tiempo para ir introduciendo cambios y reformas que eran imprescindibles. Lo sucedido los ha alertado respecto a que la situación era más grave y se necesitaba encarar soluciones con mayor velocidad.

Fortuna: Dentro del acuerdo con el FMI se presentó como una novedad que haya una cláusula social para hacer más laxo el ajuste si hace falta. ¿Qué opinión le merece?

Cavallo: El hecho de que hayan previsto que puede haber un déficit un poco mayor al acordado para aplicar una política social que reduzca el impacto sobre los sectores más pobres me parece bueno. La forma de presentarlo es novedosa, pero en general en los programas de ajuste fiscal siempre se trata de evitar que el ajuste recaiga sobre los sectores más desprotegidos de la población. Pero eso es más una responsabilidad de los gobiernos, no del Fondo.

Fortuna: ¿El Fondo señala en qué sectores hay que aplicar el recorte del gasto?

Cavallo: El Gobierno planteó que necesitaba apoyo para recrear el crédito público y por supuesto el FMI preguntó qué planes tenían en materia fiscal y en materia monetaria. Seguramente que habrán intercambiado ideas y finalmente surgió este programa. Yo creo que es un programa elaborado por el gobierno argentino, no es impuesto por el Fondo. El FMI está en una actitud de ayudar a crear las condiciones para que se pueda aplicar el programa fiscal. Ahora, cómo van a hacer el ajuste, cómo van a asignar prioridades en materia de gasto, todo eso lo va a decidir sin dudas el gobierno argentino y se va a discutir en el Congreso cuando se debata el presupuesto para el año próximo.

Fortuna: ¿Lo sorprendió la cifra del acuerdo? ¿Puede leerse como un gesto de respaldo y confianza hacia el gobierno?

Cavallo: Creo que es una cifra importante, es un gesto de confianza. Lo mejor del gobierno de Macri ha sido la política exterior. En mi libro “Camino a la estabilidad” destaco que es fundamental para poder resolver los problemas económicos y sociales que el país tenga un relacionamiento constructivo y positivo con el resto del mundo. En ese sentido Macri ha hecho una tarea muy buena y eso le ha redituado un apoyo que es significativo. No es fácil que un país consiga un préstamo de este orden de magnitud, de u$s 50.000 millones.

Fortuna: ¿La retórica en contra del Fondo durante la última década no influye en el organismo a la hora de considerar la ayuda a un país socio del organismo?

Cavallo: La retórica en contra del Fondo se da en casi todos los países cuando tienen que recurrir a él. En el caso de Argentina hay toda una especie de leyenda de que todos los programas del Fondo fueron malos para el país, y yo creo que no fue así. Cuando Argentina recurrió al Fondo fue porque era la mejor alternativa que tenía para no producir ajustes más drásticos y más costosos. En realidad el episodio que uno le puede criticar al Fondo fue el de fines del 2001, cuando en lugar de hacer los desembolsos a los que se había comprometido en medio de un proceso muy complejo de reestructuración de la deuda, por razones que son difíciles de entender, anunció que se suspendía el programa. Luego, de inmediato, dijeron en qué condiciones se rehabilitaba. Si hubiéramos hecho los deberes, es decir tomar las medidas que permitían la rehabilitación del programa, se podría haber evitado el tremendo ajuste que se produjo por la pesificación, la devaluación y todo lo que se produjo en el 2002.

Fortuna: ¿Qué ocurrirá con las inversiones? Se esperaban más de las que han venido.

Cavallo: Lo que ocurre es que en general los inversores, los que tienen que invertir en sectores que abastecen el mercado interno obviamente que en un clima más bien recesivo como el que heredó el gobierno de Macri y del cual no ha logrado salir, es difícil que inviertan. En los sectores donde sí podría haber fuerte inversión en la Argentina son aquellos que producen bienes para exportar o para sustituir importaciones, como es el caso del gas. Para esos rubros todavía no están lo suficientemente definidas las reglas de juego. No tanto cómo se los hace funcionar ahora, sino cómo van a funcionar en el futuro. Las inversiones, cuando son capital intensivas, tienen que hacerse pensando en un horizonte de muchos años. Ese es el próximo gran capítulo que tiene que encarar el Gobierno, definir bien las reglas de juego. Deberían alentar mucho las exportaciones y la inversión en sectores donde tenemos recursos pero sin embargo todavía dependemos de importaciones. Ahora el énfasis el gobierno debería ponerle en encontrar formas para alentar las exportaciones. No a través de devaluaciones fuertes y continuas.

Fortuna: Con devaluar no alcanza.

Cavallo: Con devaluaciones no se consigue un tipo de cambio super competitivo, porque normalmente el desaliento a las exportaciones viene de medidas de naturaleza impositiva, de regulaciones, una serie de factores que hacen que en definitiva el tipo de cambio efectivo que obtiene un exportador sea relativamente bajo.

Fortuna: ¿Hace falta lanzar un plan de competitividad para algunos sectores?

Cavallo: La idea de los planes de competitividad es muy buena y comenzaron a aplicarla sobre el sector del petróleo y el gas. Creo que valdría la pena trabajar sector por sector en planes de competitividad y también pienso que hay algunas medidas de naturaleza general que sería bueno que el Gobierno implemente. A los exportadores habría que devolverles todos los impuestos internos que pagan y que encarecen los costos de producción. Eso que se llama reintegros de exportaciones. Habría que hacer algo hasta tanto se puedan eliminar esos impuestos, como lo plantea la reforma impositiva presentada ante el Congreso y en el Pacto Fiscal con las provincias, que se dará en un plazo de 5 años.

Fortuna: ¿Qué opinión tiene del proyecto enviado al Congreso para que el BCRA deje de financiar al Tesoro? 

Cavallo: Eso está muy bien. Uno de los elementos fundamentales del Plan de Convertibilidad fue que por 10 años, desde el ’91 hasta el 2001, nunca el Banco Central financió al Tesoro. Otra cosa muy buena que han anunciado es que el Central no va a comprar los dólares excedentes que pueda traer el gobierno, por arriba de lo que necesita para cubrir los gastos en dólares del déficit fiscal. El Gobierno los va a tener que vender en el mercado. Eso significa una política de mercado libre, porque si el BCRA le compra los dólares que trae el propio gobierno y acumula reservas, está interviniendo y puede llevar a que el mercado no refleje la realidad.

Fortuna: ¿Puede significar un punto de quiebre para bajar la emisión monetaria y reducir la inflación?

Cavallo: Eso va a ocurrir una vez que realmente se haya reducido significativamente el déficit fiscal. Y para reducirlo significativamente, lamentablemente todavía falta ajustar precios que quedaron atrasados. Que son los precios cuyo ajuste ha producido ya mucha irritación en la población, como la electricidad o el gas. La mayor dificultad que yo veo es que el monto de los subsidios que el gobierno tiene que pagar para que se mantenga el abastecimiento de servicios públicos aumenta cada vez que sube el dólar. Espero que ahora, con la implementación de este programa del Fondo se evita los fuertes saltos devaluatorios. En la medida en que el déficit fiscal baje será más fácil estabilizar. Pero antes de esto, lamentablemente va a haber un impacto de aumento de precios regulados, que tienen un efecto sobre la tasa de inflación. Lo malo es que golpea al bolsillo de la gente que tiene que pagar más por esos servicios. Lo bueno es que una vez producido los ajustes y que no existan más subsidios, ya no va a ser necesario aumentar hacia adelante. Así será más fácil bajar la inflación.

Fortuna: Hay economistas que sugieren que primero se debieron actualizar las tarifas, y entonces sí lanzar una política antiinflacionaria. ¿Había margen para hacerlo?

Cavallo: Lo que debería haber hecho el gobierno es encarar el tema de las tarifas de entrada. Pero para hacerlo no se podía al mismo tiempo unificar el mercado cambiario y provocar la devaluación que se provocó en diciembre de 2015. Las dos cosas al mismo tiempo no se podían hacer, hubiera sido un Rodrigazo. Tenían que elegir una determinada secuencia. En mi opinión hubiera sido mejor primero ajustar las tarifas y soportar el impacto inflacionario, sin devaluar. Tal vez esperar seis meses. De paso en esos seis meses vencían los seguros de cambio y el gobierno no tendría que haber pagado las diferencias que pagó por las ventas de cambio a futuro que había hecho el kirchnerismo.

Fortuna: ¿Qué le parece la estrategia utilizada para desarmar el paquete de Lebac?

Cavallo: Está muy bien planteado. Es fundamental que las Lebac se transformen en un instrumento para la relación sólo entre el Banco Central y los bancos. Esto de que las Lebac se transformaron en un vehículo de inversión de inversores no bancarios, personas y capitales de corto plazo que vienen del exterior no es algo bueno para la economía. También es buena idea que el Tesoro deba conseguir recursos para rescatar u$s 25.000 millones de una Letra Intransferible. Si el Banco Central recupera ese dinero, ahí tiene el recurso para cancelar todas las Lebac. Para poder implementar esta estrategia, el Tesoro tiene que lograr financiamiento con tasas de interés que no sean tan onerosas como las que resultaron de esta crisis.

Fortuna: ¿Hace falta implementar una reforma laboral para que la economía sea más competitiva?

Cavallo: Es necesario, a favor del empleo y la productividad de las  PyMEs. Nuestra legislación laboral está pensada para grandes empresas y para darle a los sindicatos la posibilidad de negociar con empleadores de gran envergadura. Pero la realidad es que en Argentina hay miles de PyMEs en el sector industrial, en servicios, en el comercio, y para este tipo de compañías la legislación laboral o impositiva son demasiado complejas e inflexibles. El régimen impositivo es muy complejo y oneroso para el que cumple.

Fortuna: Existe el temor de que una flexibilización laboral genere desempleo.

Cavallo: Al contrario. La flexibilización de la legislación laboral tiene que ser hecha para que haya mayor empleo. Por supuesto que el mejor momento para plantear una reforma laboral no es un momento de recesión. El mejor momento es cuando la economía esté creciendo vigorosamente. Pero tienen que ir de la mano la reforma laboral con la reforma impositiva. Opino que los impuestos encarecen el costo laboral para las empresas. Esos son impuestos que desalientan el empleo. Encarecen el costo laboral sin llegar al bolsillo del trabajador. Esa brecha entre el costo laboral para la empresa y el salario de bolsillo del trabajador desalienta el empleo formal.

Fortuna: ¿En qué medida las urgencias políticas condicionan  a las medidas económicas?

Cavallo: Ahora hay una buena actitud del gobierno. Ya ha decidido enderezar sus acciones a resolver los problemas. Sabe que va a pagar costos políticos en lo inmediato, pero no está tomando las medidas especulando si le va a sacar votos o no para la reelección. Si resuelve los problemas económicos tiene más chances de que la gente lo premie con la reelección. La mejor forma de asegurarse el apoyo de la gente es resolver los problemas.