Argentina bipolar: superávit con déficit comercial

Por primera vez en 20 meses, el comercio exterior argentino tuvo superávit de u$s 314 millones. Sin embargo, en el acumulado del año sigue habiendo déficit.

Redacción Fortuna

Las buenas noticias muchas veces en la Argentina parecen surgir de las malas. Luego de la devaluación de este año, la caída de la actividad económica y tras 20 meses de déficit en comercio exterior (que promedió mensualmente los u$s 754 millones) se logró un superávit en septiembre de u$s 314 millones.

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Pero esto no se debió a que subieron las cantidades exportadas sino que, según el informe económico mensual (GPS 43) de PwC, se debe principalmente a la caída del consumo interno. Esto  provocó una baja en las importaciones en septiembre medidas en cantidades y "en todos los rubros en los que se clasifican", lo que ya se veía viendo en los primeros 9 meses del año en bienes de capital, combustibles y lubricantes y vehículos de pasajeros.

Este superávit, sin embargo, en el acumulado de los primeros nueve meses del año, se da en un contexto que sigue siendo deficitario ya que el comercio exterior tiene un saldo negativo del 27% en comparación a igual período de 2017. En septiembre, las ventas al exterior cayeron 4,8% respecto del mismo mes del año pasado, "aún cuando el tipo de cambio real se encontró un 49% más depreciado en comparación de ambos períodos", indica el informe.

El crecimiento acumulado en los primeros nueve meses, las exportaciones se vieron impulsadas por los precios, ya que las cantidades de los dos principales segmentos, Manufacturas de Origen Agropecuario y productos primarios, tuvieron fuertes caídas en el acumulado hasta septiembre.

A modos de conclusión, el informe de PwC indica: "El superávit comercial alcanzado en septiembre ha sido impulsado por la caída de las importaciones, más que por una mejora en las exportaciones (que de hecho cayeron). Esto es resultado de la caída en la actividad económica y el menor consumo que siguió a la crisis cambiaria iniciada en abril, que obligó a modificar el enfoque gradual de los desequilibrios macro por un esquema más duro".

Y agrega: "Hacia lo que resta del año, las expectativas de los industriales, relevadas en la encuesta de expectativas del sector industrial realizada por el INDEC, indican una caída esperada en la demanda interna: el 60,7% de las empresas anticipa una baja, por lo que puede esperarse que las importaciones continúen contrayéndose unos meses más"

El documento finaliza diciendo que "en cuanto a las exportaciones, el 54,7% no espera cambios significativos (sólo el 28,7% espera una suba). Así, el ajuste de la balanza comercial continuaría motorizado por una reducción de las importaciones más que por un aumento de los envíos al exterior. Hacia 2019, sin embargo, la recuperación esperada del sector agrícola, con cosecha récord de trigo y una mejor campaña de soja y maíz, debería impulsar la demanda hacia otras industrias, como sucediera el año pasado, llevando a mayores ventas externas, pero además recuperando de a poco la demanda de insumos importados".