Por qué hay que regular a las criptomonedas

Por Nouriel Roubini* / Según el autor, las monedas virtuales son un activo en el que abundan las prácticas delictivas sin control.

Redacción Fortuna

Todos los países civilizados regulan estrictamente el sistema financiero. Y para eso hay regulaciones que protegen a los inversores y a la sociedad, de modo que los costos que supone su cumplimiento son razonables y adecuados.

Pero hay actividades financieras que escapan al régimen regulatorio actual. Todos los días se lanzan y negocian criptomonedas fuera del ámbito de la supervisión financiera oficial y publicitando la ausencia de costos de cumplimiento normativo como un factor de eficiencia. Como resultado, el mundo de las criptomonedas se convirtió en un casino desregulado donde abundan prácticas delictivas sin ningún control.

No es una mera conjetura. Es posible que algunos de los grandes actores del mundo de las criptomonedas estén implicados abiertamente en la ilegalidad sistemática. Tomemos por ejemplo BitMEX, un mercado no regulado de criptoderivados, valorado en un billón de dólares, con domicilio en las Seychelles pero activo en todo el mundo.

En los mercados de criptomonedas abundan las prácticas de manipulación de precios, por ejemplo: información distorsionada (pump‑and‑dump), compraventa simultánea para generar actividad artificial (wash trading), colocación de órdenes ficticias (spoofing), abuso de información privilegiada, etcétera.

Según un estudio, hasta el 95% de todas las transacciones en Bitcoin son falsas, lo que indica que el fraude no es la excepción sino la regla en este tipo de operaciones. Por supuesto, no sorprende que un mercado no regulado como el de las criptomenas se convierta en paraíso de estafadores, delincuentes y vendedores de humo.

Los criptoderivados crearon una industria multibillonaria, que no sólo incluye los mercados en sí sino también propagandistas disfrazados de periodistas, oportunistas que maquillan sus libros financieros para vender “shitcoin” y lobistas en busca de exenciones regulatorias. Detrás de todo eso hay un nuevo negocio delictivo que dejaría en ridículo a la Cosa Nostra.

Ya es hora de que los organismos regulatorios de Estados Unidos y otros países intervengan. Hasta ahora, los reguladores estuvieron distraídos mientras el criptocáncer hacía metástasis. Hasta Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de los Estados Unidos (y nada partidario de la regulación financiera), coincide en que no se puede dejar que las criptomonedas se conviertan en “el equivalente de las cuentas secretas numeradas” que por mucho tiempo fueron la exclusividad de terroristas, mafiosos y otros delincuentes.

*Profesor en NYU’s Stern School of Business y CEO de Roubini Macro Associates

Copyright: Project Syndicate, 2019

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