Críticas que construyen: la habilidad que separa a los jefes del 2025 de los líderes del futuro
Así como es importante saber dar críticas, también tenemos que aprender a pedirlas. Dar feedback con empatía requiere autoconocimiento, por eso es importante pedirle a tu equipo o a mentores su opinión.
Las personas no buscan solo un salario; buscan oportunidades para crecer. Nadie quiere quedarse estancado en el mismo puesto ni en el mismo rango salarial. La mayoría desea aprender, avanzar y sentir que su trabajo realmente está logrando algo.
Y aunque vivimos en una época con cada vez más profesionales preparados, no importa el cargo ni los años de experiencia: cada empresa es un mundo. Cada una tiene sus propios procesos, su cultura y su manera de hacer las cosas, y eso exige adaptación.
Por eso, comunicar con claridad tus necesidades y expectativas es fundamental como líder. Pero más importante aún, saber pedir con empatía y precisión es lo que marca la diferencia entre quien dirige un equipo y quien realmente inspira su crecimiento. Pero saber dar críticas es una habilidad con la que no muchos jefes del 2025 cuentan, pero te quiero compartir unos pequeños cambios que pueden transformarte en ese líder que todo equipo desea tener.
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1. Comunica tus necesidades con claridad: La mejor cura es la prevención y no hay nada que suavice más la oportunidad de dar una crítica constructiva que haber empezado con una solicitud clara. Una solicitud clara tiene que venir acompañada de una fecha límite para darle a tu equipo la oportunidad de priorizar sus otras tareas. También, aporta contexto, no para justificar tu solicitud sino para brindar información que pueda ayudar a tu equipo a cumplir el trabajo de la mejor forma.
2. Critica la conducta, no el carácter: Las críticas que atacan el carácter de la persona como “sos irresponsable”, o “siempre hacés lo mismo” generan resistencia. En cambio, las que describen comportamientos observables como “llegaste tarde tres veces esta semana y eso afectó la entrega del equipo” abren la puerta a la mejora. Y es que la neurociencia lo confirma: los juicios personales activan las mismas áreas cerebrales asociadas al dolor físico. Por eso, los líderes empáticos separan la conducta del carácter. Recordá, ser empático no significa suavizar la verdad, sino entregarla con respeto y precisión.
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3. Sé especifico: Evitá frases vagas como “me gustaría que lo revisaras” o “necesito que lo mejores”. En su lugar, describí qué esperás ver, cómo se mide el resultado y cuándo lo necesitás. La claridad no solo ahorra tiempo, también reduce la frustración en ambas partes.
4. Corregí en privado, celebrá en público: No hay nada que refuerce más la confianza que sentirse reconocido frente a los demás, y nada que la destruya más rápido que una crítica pública. El feedback constructivo se da en espacios seguros, donde la otra persona puede escuchar sin sentir que se tiene que defender o justificar frente a otros. Así reducís la chance de tener respuestas defensivas y poco receptivas. Por otro lado, al celebrar en público, se refuerzan comportamientos positivos que no solo motivan a la persona a mantener el buen trabajo, sino que también inspiran al resto del equipo.
Por último, dar feedback con empatía requiere autoconocimiento. Así como es importante saber dar críticas, también tenemos que aprender a pedirlas. Tal como no podemos ver nuestra propia cara ni escuchar nuestro propio tono de voz, muchos líderes comunican desde un punto ciego. No saben cómo se percibe su tono, su lenguaje corporal o sus silencios, por eso es importante pedirle a tu equipo o a mentores de confianza su opinión sobre esas áreas nuestras donde aún existen oportunidades de crecimiento y mejora.
*Especialista en comunicación estratégica y liderazgo
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