Especialistas comparten los beneficios de los drones para el medio ambiente, los desafíos pendientes y el prometedor futuro de la biotecnología en el agro.
El uso de drones agrícolas está revolucionando el sector agropecuario al ofrecer soluciones innovadoras que optimizan tiempo, recursos y cuidado ambiental. A fines del año pasado, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) publicó un documento que habilitó a las empresas a incorporar en las etiquetas de sus productos las recomendaciones de aplicación con drones, siempre que estos fitosanitarios cumplan los requisitos para poder aplicarlos con esta tecnología.
En el mismo sentido, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) busca promover el uso de drones a través de una red latinoamericana. “Los drones están teniendo un rápido avance en las prestaciones que pueden ofrecer al sector agropecuario, están pasando de un uso complementario a ser una herramienta central para avanzar en eficiencia y precisión”, explicó Gabriela Tallarico, referente en Agtech del INTA al crear esta red regional. ¿Por qué estas naves no tripuladas están siendo tan fundamentales para el campo?
Según Andrés Yacovich, Coordinador de Proyectos del área AgroTech en Agro Sustentable, “los drones no solo mejoran el monitoreo de cultivos, sino que también permiten aplicaciones más precisas de insumos como fertilizantes y fitosanitarios, logrando un ahorro significativo en agua de hasta 200%”.
Agro Sustentable es una empresa que brinda el servicio de aplicación de sus bioinsumos mediante drones y apunta a trabajar en paralelo la dimensión tecnológica y la sustentabilidad. Por ello, producen bioinsumos, a la vez que se encargan de su aplicación a través de drones, acompañando a cada productor en el camino hacia una producción más responsable con el medio ambiente. Esta sinergia como visión, es la tendencia que podría determinar el futuro agrícola global.
Según Yacovich, la posibilidad de reducir drásticamente la cantidad de agua utilizada en pulverizaciones convencionales, junto con la eliminación de combustibles fósiles, posiciona a los drones como una herramienta clave en la transición hacia la agricultura sostenible. Además, su capacidad para acceder a lotes de difícil acceso y realizar aplicaciones diferenciadas garantiza un rendimiento sustentable revolucionario en comparación con los métodos tradicionales.
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Tecnología de precisión para máximos resultados
Los drones equipados con cámaras multiespectrales y sistemas de pulverización destacan en tareas como el monitoreo detallado de cultivos, donde las imágenes aéreas permiten identificar plagas, enfermedades o deficiencias de nutrientes con rapidez. También se utilizan para la aplicación localizada y precisa, reduciendo el desperdicio de insumos al aplicar únicamente en las áreas necesarias.
Por otra parte, ahorran horas de trabajo, que antes requerían jornadas completas de trabajo manual. Esto no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también facilita la logística, especialmente en terrenos donde el acceso con maquinaria pesada resulta complejo o inviable.
¿En qué cultivos funcionan mejor?
Los cultivos requieren monitoreo constante o aplicaciones específicas, condiciones donde los drones muestran su máximo potencial. Según Yacovich, los drones agrícolas son especialmente efectivos en:
- Cereales (arroz, trigo, maíz): Ideales para grandes extensiones, optimizan el riego y la fertilización.
- Frutales (uvas, cítricos, manzanas): Detectan problemas en árboles y permiten aplicaciones específicas.
- Cultivos de alto valor (vegetales, flores): Proveen un cuidado intensivo y preciso en plantaciones sensibles.
- Plantas perennes (caña de azúcar, café): Facilitan la planificación de podas, tratamientos y riego.
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Desafíos y un futuro que ilusiona
Según el experto, a pesar de sus ventajas, los drones agrícolas presentan algunos desafíos, como la duración limitada de vuelo. Sin embargo, la industria está trabajando en mejorar la autonomía y la eficiencia de estas tecnologías.
Otro aspecto clave es la capacitación y conectividad. Se necesita formación especializada para operar estos equipos y habrá que capacitar pilotos que lleven a que los productores se animen a ir por más, optimizando sus negocios. Además, habrá que mejorar también cuestiones técnicas como la falta de acceso a internet de zonas rurales, lo cual esto complica el análisis de datos.
De esta manera, los drones agrícolas representan una herramienta clave para enfrentar los retos del agro moderno, combinando tecnología y sostenibilidad. Mucho más allá que las dificultades a superar, como toda tecnología aplicada en su fase inicial.
En palabras de Yacovich, su impacto va más allá del ahorro: “Proporcionan datos valiosos que permiten tomar decisiones más informadas y respetuosas con el medio ambiente, posicionándose como aliados indispensables para la producción sostenible”, por lo que en la ecuación de ventajas y desventajas, siempre el saldo será favorables y conveniente.
Definitivamente, esta tecnología se posiciona como una herramienta indispensable para los productores que buscan innovar y diferenciarse, obteniendo a la vez rentabilidad. Por eso, en un contexto en donde la eficiencia y el cuidado de los recursos se vuelven una prioridad, estas tecnologías no son un lujo sino una inversión necesaria para garantizar la sostenibilidad y competitividad del agro del mañana.