Casas, joyas, yates, muebles y artículos personales de lujo de la familia del ex financista se venderán en subasta para compensar en parte a los afectados por la estafa. Se estima que se podría recaudar en esta primera etapa unos u$s 50 millones.
Por Roberto Anselmino
La Justicia de los Estados Unidos ha empezado a poner a la venta los bienes de Ruth y Bernard Madoff, en un intento de recuperar algo de los u$s 65.000 millones en que calculan el fraude cometido por el ex financista. Se ha puesto el objetivo de que al menos se pueda devolver algo a los estafados. Sin embargo, el listado de propiedades, embarcaciones, joyas, colecciones de arte, platería y pieles ha despertado más la curiosidad de la gente por conocer cómo era la vida de lujos y riquezas de la pareja, que la posibilidad de resarcimiento a las víctimas. Se estima que por estos primeros bienes de la familia Madoff que salen a subasta pública se recaudarían unos u$s 50 millones, una cifra bastante lejana al monto de la estafa, pero no menos emblemática por lo que representa.
En una rara conjunción de mirar la paja en el ojo ajeno, ver por dentro un mundo en el que la ambición es la que manda, una buena cuota de chisme y de hasta admiración, hay quienes trazan un puente entre la ficción y la realidad. Comparan el inicio de los sueños y ambiciones de los dos personajes de Wall Street con los de Audry Hepburn y George Peppard en Breakfast at Tiffany’s, la película que Blake Edwards estrenó tan sólo un año después de que Madoff abriera su casa de inversión en 1960, con apenas 22 años de edad. Nadie sabe a ciencia cierta si el matrimonio vio el largometraje, pero lo que sí es cierto es que Ruth costumbraba visitar la afamada joyería ubicada en el cruce de la 5ª Avenida y la calle 57. Como Audry Hepburn entraba con anteojos oscuros pero nadie supo decir si también tarareaba al compás de Moon River, aunque sí era probable que sus notas las tocara en su piano Steinway de u$s 39.000.
Activos que saldrán a remate
Yate The Bull confiscado en la Riviera, u$s 8,5 millones
Departamento en Nueva York, u$s 7,5 millones
Piano Steinway, u$s 39.000
Casa en Florida, u$s 9,4 millones
Allí adquirió buena parte de sus joyas hoy valuadas en u$s 2,6 millones: varios broches, un brazalete y un collar de diamantes, un collar de jade, anillos de oro y uno de oro con esmeralda. Pero no sólo compró para ella, también le regaló a su esposo alguno de los relojes de diamantes con el logo Tiffany’s que engrosaron una colección de 35 piezas, y que tenía a un Cartier de oro como pieza insigne. Ruth tenía por costumbre no entregarle los regalos en el duplex que ambos habitaban en el 133 Este de la calle 64, cerca de la esquina con Lexington, y a pocos metros de Park Avenue. Se trata de una propiedad de amplios ambientes que no llegan a ser muy grandes, con cuatro
dormitorios, un salón formal, una biblioteca y un gran living, El inmueble fue valuado por la Corte para su venta en u$s 7,5 millones, pero según los agentes inmobiliarios valdría mucho menos, precisamente por no ser tan grande y no estar en Park Avenue. Allí todavía está la platería fina que vale u$s 65.000 y que pronto saldrá a remate. Ruth solía darle los presentes en las cenas que la pareja acostumbraba a disfrutar en Patroon (en el barrio de Midtown), Woo Lae Oak (en Soho) o en TAL Bagels (en Upper East Side), donde llegaban a gastar en una noche hasta u$s 2.000 dólares, según si iban ellos solos o acompañados de sus hijos o amigos. Siempre pagaban con American
Express y dejaban una propina no menor al 6% de la cuenta. En invierno, Ruth solía ir abrigada con su visón ruso que algunos cotizan en u$s 10.000 dólares, y que también ya engrosa el loteo.
11/9/2009