El Estado puede imprimir sólo la mitad del efectivo que demanda la economía

La Casa de la Moneda debió imprimir billetes en Brasil porque su capacidad instalda está saturada. Sus máquinas tienen más de 30 años de antigüedad.

Redacción Fortuna

La escasez de billetes dejó al desnudo la ineficiencia con que opera la Casa de la Moneda, que se vio obligada a formar una unión transitoria de empresas con su institución equivalente en Brasil para ganar la compulsa por la impresión de los 100 millones de nuevos billetes de la Serie S (equivalentes a $ 10 mil millones). Fuentes del mercado aseguran que la empresa está en condiciones de imprimir hasta 350 millones de billetes por año, cuando se demandan entre 600 y 700 millones.

La Casa de la Moneda (SECM) es una empresa pública que brinda servicios de impresiones de seguridad. Imprime billetes, acuña monedas y hace impresiones tipográficas y con sistema offset tanto para gobiernos como para empresas. Entre sus clientes privados figuran Metrovías, YPF, la Asociación de Concesionarios de Autos (Acara), Massalin Particulares, Nobleza Piccardo, Telecom Argentina e IBM. Depende de la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Economía, a cargo de Juan Carlos Pezoa, quien designó a Ariel Rebello en la presidencia de SECM.

Aunque, según el sitio web oficial (www.camoar.gov.ar), SECM hace “uso de tecnologías de acuerdo con las exigencias del mercado”, sus máquinas tienen treinta años de antigüedad. En 2010, el Ministerio de Economía le aprobó un presupuesto que incluía un gasto de $ 200 millones, de los cuales $ 15 millones se debían asignar a inversiones.

Se proyectaban ingresos por 201 millones de pesos. En el último informe de la Auditoría General de la Nación, de agosto de 2009, se le criticó la demora en revisar la obsolescencia de su equipamiento para registrarla contablemente. Además, se le llamó la atención por no concluir obras de remodelación del local de acuñado luego de ocho años de iniciadas.

CRÍTICAS DE PELLEGRINI, BANCARIO

“En octubre ya hubo una crisis de oferta”

La Comisión Interna del Banco Central denunció ayer que la falta de billetes podría haber sido evitada, y atacó la gestión de los últimos dos presidentes de la autoridad monetaria, la actual titular Mercedes Marcó del Pont, y su predecesor, Martín Redrado.

Carlos Pellegrini, delegado gremial del BCRA, afirmó que la gestión administrativa en la era Marcó del Pont “es pésima” y afirmó que “Redrado, antes de irse, ya tenía en la mano un informe que anticipaba esto”. Sus dichos se asemejan a los expresados por el titular de la sección bonaerense del gremio oficialista UPCN, Julio Sarragoicochea, que acusó de negligencia a “los responsables” de la falta de dinero que sigue afectando con fuerza a los empleados públicos de la provincia.

Por su parte, Pellegrini aseguró a PERFIL que el personal del BCRA mantuvo al tanto en forma constante a Redrado y Marcó del Pont respecto de las necesidades de impresión de papel moneda, pero que los cálculos fueron ignorados hasta que fue tarde por ambos.

“En octubre existió una pequeña crisis de oferta de billetes que no trascendió en los medios y, recién en ese momento, se empezaron a apurar los trámites para imprimir los billetes en Brasil”, dijo.

“Creo que hubo una pésima administración, pero no sé a qué se debió. Probablemente el conflicto político que sufrió el banco a principios de 2010 haya hecho que las cuestiones cotidianas se dejaran de lado”, concluyó.

DESIDIA

El ex presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, y el diputado nacional del GEN, Gerardo Milman, atacaron a la conducción del BCRA.

“Faltan billetes por desidia. Acá hay una única autoridad por ley que es responsable de la acuñación de moneda y la impresión de billetes que se llama Banco Central de la República Argentina (BCRA)”, afirmó Pignanelli. “La mayoría de la gente cree que estamos otra vez en el corralito, va al banco y no le dan mas que 500 pesos”, agregó.

Por su parte, el diputado Milman pidió la renuncia de Marcó del Pont. “La incapacidad de la licenciada Marcó del Pont está a la vista”, afirmó.

Con Carmen López Imizcoz, de la redacción de Diario Perfil

8/1/2011