La gente vuelve a gastar y Cristina se beneficiará de un "efecto bienestar"

Llegarán a las urnas con un volumen de compras 70% más grande que el que tenían en 2003, aunque las ventas de los supermercados no crecerán tanto como lo hicieron en 2010.

Redacción Fortuna

Por Carmen López Imizcoz *

Mayo fue el peor mes del año para el consumo masivo, pero los analistas advierten que en junio y julio las compras repuntaron fogoneadas por las subas salariales y el cobro del medio aguinaldo, y que ni las elecciones frenarán el impulso consumista.

Según la consultora CCR, en mayo, el consumo masivo creció 1,4% en cantidades, respecto de un año atrás. La expansión fue mucho menor que la de abril (5,9%), la de marzo (2,9%) e, incluso, las de febrero y enero (1,6%).

“Más allá del flojo mayo, que parecería una excepción, se llegará a votar, en octubre, con una torta de consumo masivo 70% superior a la de cuando se votó en 2003”, destacó Guillermo Oliveto, presidente de la consultora W y especialista en tendencias de consumo.

“Es cierto que mayo no fue un buen mes”, admitió Oliveto, pero destacó también que “no  hubo una caída, sino un crecimiento más moderado y que las “empresas y retailers señalan que junio fue mejor”, con lo que “el crecimiento del consumo masivo en el segundo trimestre sería bastante mayor que el del primero” (2,1% contra 3,9%). Por ello, para Oliveto, “la tesis del desaceleramiento del consumo es, al menos, debatible”.

En coincidencia, opinó Daniel Moreira, director de CCR: “No vemos una alarma de que se vayan a frenar el consumo masivo” y destacó que “los acuerdos de subas salariales alcanzados en las paritarias fueron superiores a la inflación”.

El enfriamiento del consumo en mayo se debería a la fuerte expansión del gasto turístico en los dos fines de semana largos de marzo y en la Semana Santa. “En cuatro meses, una buena parte de los argentinos disfrutó de cuatro períodos de relax, entretenimiento y erogación extra de dinero. Si a eso se le suman los gastos del regreso a la escuela, era previsible que los bolsillos llegaran agotados a mayo”, concluyó Oliveto, para quien, además, la gran mayoría de los consumidores aún no habían recibido los incrementos salariales entonces.

Buenos vientos

“Esperamos un segundo semestre mejor que el primero, con una tasa de crecimiento cercana al 4%”, auguró Oliveto. Así, el año concluiría con un crecimiento del consumo masivo de alimentos, bebidas, cosmética y limpieza de 3,5% (contemplando todos los canales y el país). “Este indicador se encuentra dentro de lo proyectado. No hay sorpresas”, destacó Oliveto.

Más allá de si estaba proyectado o no, este año el consumo masivo crecerá menos que en 2010. En 2010, la tasa de crecimiento del mercado de alimentos, bebidas, cosmética y limpieza fue de 4,9%, según la consultora Nielsen. Los analistas resaltan que en 2010 el punto de comparación era 2009, un año recesivo, en el que, de todos modos, hubo un crecimiento moderado, de 1,6%. En cambio, este año, el piso del que se parte ya es elevado, porque en 2010 el consumo creció 4,9%.

Los economistas consultados coincidieron en que, por ahora, al menos los trabajadores alcanzados por las paritarias logran que sus ingresos crezcan más que los precios. “La inflación no puede ser considerada en forma aislada”, opinó Oliveto, “porque la gente contempla otros indicadores, como las subas salariales o el nivel de empleo”.

Con las paritarias entre 24 y 30%, el nivel de empleo y la confianza de los consumidores estables, ciertas promociones que aún perduran en los supermercados y la asignación universal por hijo, la balanza se equilibra y contrarresta la corrosión del poder de compra por parte de la inflación, según los especialistas.

En los años electorales, la economía suele enfriarse por la incertidumbre. Pero este año, la reelección kirchnerista, hasta ahora, se percibe como segura.

Para Oliveto, los consumidores, “después de ocho años, saben que el kirchnerismo busca preservar un mercado interno potente que asegure uno de sus capitales políticos: el empleo y, por ende, la capacidad de consumir”.

“Difícilmente las reglas de juego se alteren de aquí a las elecciones”, opinó Oliveto. “El crecimiento del consumo será algo más acotado, pero sólido. No es poco un crecimiento de 3,5% de las ventas en cantidades para los productos básicos o un nuevo récord de ventas de autos” (de 800 mil unidades), agregó.

Igual inflación para la canasta básica

Según la consultora E&R, el costo de la canasta de alimentos viene creciendo sostenidamente en lo que va del año. En junio, la canasta trepó 2% respecto al mes anterior, a 964,70 pesos, y 28,6%, en relación con un año atrás.

El aumento estuvo liderado por la suba del pescado (9,5%), las harinas y panificados (4,3%), los aderezos (3,2%), los dulces (3,1%), las pastas (2%), las carnes rojas (1,8%) y los embutidos (1,8%). Por caso, el pan tipo mignon subió 19,1%, las facturas, 5% y las galletitas dulces, 7,3%. El asado, la cuadrada y la nalga registraron incrementos promedio de 4,2%.

Por la persecución del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, contra la publicación de índices privados, E&R no difundió el incremento de los precios minoritas de junio. No obstante, la consultora informó que, luego de una marcada tendencia alcista en 2010 y lo que va de 2011, la tasa anual de inflación se mantuvo estable en los últimos doce meses gracias a la estabilidad del tipo de cambio nominal y a los subsidios, que funcionan como ancla antiinflacionaria. Otro factor que estaría frenando la inflación sería la fuga de capitales.

Las trabas a las importaciones más la inflación importada (por el boom de las commodities) tienden a generar más presiones sobre los precios, destacó el estudio.

Se frenó la suba de precios para las familias de altos ingresos »

*De la Redacción de Diario Perfil

11/7/2011

Se frenó la suba de precios para las familias de altos ingresos

Por Rodolfo Barros *

La inflación para los profesionales ejecutivos se estancó en el 22% anual. Se trata de una canasta elaborada por la Universidad Cema, de la que el ministro de Economía, Amado Boudou es uno de sus destacado egresados, que valoriza a los consumos de esa porción de la sociededad en $ 21.758 para el mes de junio.

La Canasta del Profesional  Ejecutivo (CPE) evalúa el costo de una canasta de consumo representativa para el grupo familiar de un profesional ejecutivo, residente en el área metropolitana del Gran Buenos Aires.

El relevamiento de la CPE comenzó en marzo de 2008, con un valor de gasto familiar de $ 11.787.

Desde marzo de 2008, el aumento acumulado en la CPE excede en 55 puntos porcentuales el incremento de los precios calculados por el Indec. “Al evaluar este resultado debe tomarse en cuenta que, entre otras cosas, ambos índices calculan la evolución de diferentes canastas de bienes”, explicó la Ucema.

El mes pasado, la CPE relevó que la inflación para este segmento fue de 0,75%.

“La baja tasa de inflación en la CPE en junio se debió en gran parte a la importante caída del rubro vivienda (-6.22%), principalmente por la reducción estacional que implementa el Gobierno en los impuestos sobre los altos consumos de gas y electricidad”, aseveró la Ucema.

Esta rebaja estacional en la tarifa de combustibles para altos consumos ya se viene experimentando hace algunos años. Por ejemplo, en junio de 2010, la caída en el rubro vivienda fue de -6.98%, similar al -6.22% de 2011.

Se aclaró que esta caída estacional en el rubro vivienda se revierte más tarde entre agosto y octubre.

También contribuyeron a la baja tasa de aumento en la CPE los reducidos incrementos en rubros asociados con altos consumos, como educación (sólo 0.17%) y atención médica (0.20%).

“El rubro alimentos continuó subiendo a una tasa levemente superior al 2% mensual, lo que ciertamente habrá de impactar a los grupos de menores ingresos”, explicó el informe de la Ucema.

Los rubros transporte y comunicaciones, indumentaria y esparcimiento, también contribuyeron al alza, con más de 2% de suba en el mes de junio.

Para la confección de la CPE, la Universidad del Cema releva semanalmente algo más de 3 mil precios, con una alta concentración en productos de consumo habitual para una familia profesional de clase media, incluyendo primeras marcas, colegios privados, turismo, autos, electrónica. Además se incluyen relevamientos en negocios específicos localizados en barrios de ingresos relativamente altos.

*De la redacción de Diario Perfil

11/7/2011

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