El nuevo jefe del Central avisó que no pagará el 100% de los contratos que heredó de Vanoli. Duras negociaciones el día del debut en la gestión. Galería de fotos
No llegó a cumplir veinticuatro horas de gestión que el equipo económico que conduce Alfonso Prat-Gay y el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, enfrentaron la primera pulseada con el mercado financiero, precisamente el sector con el que se los percibía más amigables y en el que tendrán que buscar apoyo para lograr una salida del cepo lo menos traumática posible.
El disparador fueron las operaciones de dólar futuro concretadas en los últimos meses de gestión de Alejandro Vanoli al frente del BCRA, que dejarían una herencia de entre $ 50 mil y $ 70 mil millones adicionales de emisión para pagar a los beneficiarios de esos contratos, lo que presionaría sobre el valor del dólar y alentaría la inflación. Por eso, el Gobierno busca un mecanismo para evitar reconocer en la totalidad esos contratos, se lo hizo saber ayer a través del Mercado Abierto Electrónico (MAE) a los tesoreros de los bancos, que lo rechazaron de plano (ver aparte).
La operatoria de dólar futuro consiste en comprar o vender dólares a un precio predeterminado con una fecha de vencimiento futura. En función de la cotización que eventualmente se confirma, se compensan las diferencias entre las partes. Así es que, con contratos vendidos a enero a un dólar de $ 10,10 o a marzo de $ 10,60, el BCRA tendría que pagar la diferencia si para esas fechas el billete cotizara, tal como se prevé, por encima de esos valores.
Técnicamente, la alternativa que ensaya el Gobierno es aplicar una suerte de tablita según la cual sólo se reconocería la diferencia entre lo que cotizará el dólar tras el levantamiento del cepo –léase devaluación– y el valor del dólar al momento del cierre de cada contrato en el mercado de Nueva York. Esto porque, al tiempo que Vanoli cerraba contratos en el mercado local a través del Rofex y MAE a un valor por debajo de los $ 11, en otras plazas ese precio se operaba apenas por debajo de los $ 15.
En esto se basa la denuncia presentada por los legisladores Federico Pinedo (ahora también ex presidente) y Mario Negri ante la Justicia, una vía que en el equipo económico no descartan pero tampoco prefieren para destrabar la situación. Si la Justicia resolviera que Vanoli incurrió en mal desempeño por no haber vendido al mayor precio, como indicaría la regulación del Central, entonces quedaría en tela de juicio la validez de esos contratos. Claro que en ese caso el conflicto escalaría y la relación con el sistema financiero podría quedar dañada.
En el Central aseguraron que “no estaban tan enojados como quisieron mostrar, saben que algo van a tener que ceder”. Así es que, en menos de un día en funciones, Prat-Gay y Sturzenegger enfrentan la primera de las pulseadas con el mercado.
El propio ministro intentó bajar el tono de la discusión y aseguró que “no había nada decidido”, aunque insistió en que se hará una revisión de los casos. Tanto él como el presidente aún no formalmente designado del BCRA , quien detenta las posiciones más duras, están convencidos de que no todas pero sí gran parte de las transacciones correspondieron a operaciones poco transparentes. “Sabemos de operaciones que se han cerrado a las 3 de la mañana”, afirmó el ministro en las entrevistas publicadas el fin de semana pasado.
Ahora se abre un compás de negociación en el que se apuntará a encontrar una solución “no compulsiva” y que abarca un menú que va desde gravar la operatoria con un anticipo de Ganancias, para lo que no es necesario una ley, hasta diseñar un mecanismo de reinversión en letras del Central para absorber la mayor cantidad posible de esa masa de pesos.
Por Virginia Porcella | Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil