Eduardo Ramos Romero, Senior Market Analyst Latam en VT Markets, analizó los posibles efectos para el país, desde el impacto del ciclo monetario estadounidense hasta el rol que podría jugar la integración con Europa.
Argentina transita una etapa en la que los movimientos internacionales vuelven a pesar de manera determinante sobre su estabilidad macroeconómica. Uno de los factores más sensibles es la evolución de la inflación en Estados Unidos. Según Eduardo Ramos Romero, si los precios en la mayor economía del mundo vuelven a acelerarse, las consecuencias se sentirán con fuerza en países emergentes como Argentina. “Si en Estados Unidos se dispara la inflación y la Fed responde con tasas más altas o con menor relajación monetaria, eso presionará al peso y complicará la estrategia argentina de bajar tasas de interés”, explicó.
Para el analista, una combinación de dólar fuerte y restricciones externas tendría efectos adversos sobre varios frentes. “Un dólar fuerte encarece el servicing de la deuda externa y los costos de importación, impactando en la inflación doméstica. En ese contexto, bajar tasas internas puede resultar contraproducente porque alimenta la devaluación y erosiona la confianza de los inversores”, evaluó. En su visión, un shock inflacionario en EE.UU. “debilita la ruta hacia la estabilidad monetaria de Argentina, aumenta el costo país y afecta la competitividad y las expectativas”.
Mercado europeo:3 productos argentinos pisan fuerte, ¿cuáles son?
¿Y el acuerdo UE-Mercosur?
En paralelo al frente estadounidense, la posibilidad de que el acuerdo UE-Mercosur comience a implementarse en 2026 despierta expectativas en la región y en Argentina. Ramos Romero considera que el impacto podría ser significativo si se ejecuta correctamente. “El acuerdo abriría acceso preferencial al mercado europeo y permitiría diversificar destinos de exportación. Sectores como agroindustria, alimentos, manufacturas ligadas al agro o minerales podrían ganar competitividad con la reducción de aranceles”, señaló.
Además, destacó que su puesta en marcha podría atraer mayor inversión extranjera directa al bloque. “El acuerdo vuelve al Mercosur más atractivo para el capital europeo. Eso puede impulsar infraestructura, industria, agro y tecnología en Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, fortaleciendo la integración regional y elevando la competitividad”, afirmó. Según su análisis, se trata de una herramienta estructural para el país: “Puede ayudar a diversificar riesgo, incentivar exportaciones competitivas y mejorar la inserción internacional si se implementa bien”.
Oportunidades y desafíos del acuerdo con la UE
Vulnerabilidades locales
Respecto al vínculo bilateral entre Argentina y Estados Unidos, Ramos Romero reconoce avances pero advierte que aún no es suficiente para hablar de estabilidad sostenida. “Argentina ha dado pasos importantes con acuerdos preliminares y mayor apertura diplomática, pero no creo que haya superado su etapa más vulnerable”, sostuvo. Para el vocero de VT Markets, subsisten tres grandes fuentes de fragilidad: la exposición a shocks externos, la necesidad de consolidar instituciones y credibilidad, y un contexto global volátil que puede modificar expectativas rápidamente.
Aun así, no descarta un sendero de recuperación sostenida si el país logra capitalizar adecuadamente los acuerdos estratégicos y fortalecer su marco interno. “Argentina podría transitar hacia un crecimiento sostenible si diversifica mercados, estabiliza la política monetaria y fiscal, y atrae inversiones de valor agregado. Pero es un camino que requiere disciplina, paciencia y ajustes estructurales profundos”, concluyó.
RM