En agosto, la injerencia del productor en el valor final de los productos fue de 21,5 %. En julio, había sido de 21,2 %.
De acuerdo con la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la brecha de precios entre origen y destino final de los alimentos agropecuarios bajó 6 % en agosto. En promedio, el consumidor pagó en góndola 5,53 veces más de lo que recibió el productor en la puerta de su campo.
En el caso de los productos agrícolas, la diferencia fue de 5,96 veces, 6,1 % menos que en julio. De esta manera, se cortó una racha de seis meses consecutivos de alzas. En tanto, en los ganaderos la caída fue de 4,3 %, ubicándose en 3,81 veces. Hace cuatro meses que se mantiene en cifras relativamente similares.
Los productos con mayor disparidad fueron: la pera, donde el precio se multiplicó por 10,3 veces desde que salió del campo, la manzana roja con una repetición de 8,3 veces, el pimiento (8,2), el zapallito (8,1) y la naranja (7,9 veces). En cambio, el huevo, 2,3 veces, la frutilla (2,7), el repollo (2,8) y la cebolla, 2,9 veces, fueron los que menor desigualdad tuvieron.
Por su parte, el pimiento rojo fue el producto que mayor aumento en la disparidad tuvo durante el mes. Pasó de una diferencia de 4 veces en julio a 8,2 veces en agosto. Por el contrario, la mandarina, la naranja y la zanahoria tuvieron las caídas más importantes en las brechas del mes.
La mejora en la desigualdad del mes estuvo ampliamente determinada por el progreso en los desembolsos al productor, impulsados por la volatilidad económica y cambiaria que llevó a muchos de ellos a limitar el envío de mercadería a la góndola hasta que haya un panorama más claro.
Los datos surgen del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora el sector de Economías Regionales de CAME en base a importes diarios online de los principales supermercados del país, más de 500 precios de verdulerías y mercados para cada alimento, y costos de origen de las principales zonas productoras que releva un equipo de 35 encuestadores.
