Diferencias sobre los intereses de la deuda con el Club de París

El secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, llegó el jueves a la capital de Francia para buscar un acuerdo sobre la diferencia de US$ 3 mil millones entre las cifras de ambas partes.

Redacción Fortuna

Por Christian Riavale *

Esta semana será decisiva para definir las negociaciones con el Club de París y resolver la deuda en default, que la Argentina estima en U$S 6.050 millones y los acreedores evalúan en casi U$S 9.000 millones.

La significativa diferencia de U$S 3 mil millones es el centro de las discusiones que mantiene el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, desde el martes, con el titular del Club de París, Ramón Fernández, en el portentoso edificio de Bercy (sede del Ministerio de Finanzas), a orillas del Sena. El objetivo es conciliar las cifras de la deuda y preparar un protocolo de entendimiento –previo al acuerdo formal– que podría ser firmado por el ministro de Economía, Amado Boudou, que llegará a París el jueves para asistir a una reunión del G20.

“Aún no está construido el puente para cruzar el río”, comentó un miembro del Club de París a PERFIL.

Las últimas conciliaciones de cifras contaron con la participación de expertos financieros, capaces de desenredar la madeja de capital, intereses, amortizaciones y punitorios que se armó desde 2002. Para eso, Lorenzino contó con la ayuda de Adrián Cosentino, subsecretario de Financiamiento. Ramón Férnandez, a su vez, confió los aspectos técnicos a la secretaria general del Club del París, Delphine de Sahuguet d’Amarzit, jefa del servicio de Asuntos Multilaterales y Desarrollo de la Dirección General del Tesoro francés. Los cuatro siguieron reuniéndose durante el fin de semana para superar las diferencias.

La divergencia sobre el capital adeudado es mínima: tanto Argentina como sus acreedores reconocen que oscila entre US$ 6.050 y 6.170 millones y hay bases para un acuerdo en torno de los US$ 6.100 millones. “Podríamos cortar la pera en dos”, ilustró un funcionario del Club de París, en referencia a que habría concesiones equivalentes de ambas partes.

El abismo de casi US$ 3 mil millones entre la Argentina y sus acreedores obedece a las diferentes tasas de interés y métodos que utilizan las partes para calcular la renta acumulada sobre el capital y los punitorios.

El otro obstáculo es definir los intereses que se aplicarán: “Nunca fueron negociados y deben ser discutidos ahora para aplicar en forma retroactiva”, explicó un experto del Club de París.

A esa dificultad se suma la exigencia argentina de extender los plazos de pago. Primero se habló de dos años pero los funcionarios argentinos piden seis. Pero, si ya no se trata de un reembolso sino de una reestructuración, el FMI podría exigir tener voz y voto en la fiscalización del acuerdo.

Por eso, la decisión final será política: cuánto pueden ceder los acreedores y Boudou para salvar la cara.

* Especial para Diario Perfil. Desde París

13/2/2011

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