El rol fundamental de las empresas en la prevención y eliminación de la violencia laboral hacia las mujeres

Una de cada tres mujeres, a nivel mundial, ha sufrido graves actos de violencia (física o sexual) al menos una vez en su vida, según datos de Naciones Unidas.

Sandra Olive*

Según datos de Naciones Unidas, una de cada tres mujeres, a nivel mundial, ha sufrido graves actos de violencia (física o sexual) al menos una vez en su vida. Es un dato que asusta, desde lo más profundo. 

Puedo contar la experiencia en primera persona. Yo fui atacada en el campus de la Universidad de Syracuse en el estado de Nueva York cuando tenía 17 años. ¿Cómo fue? Lo recuerdo perfectamente, como su hubiera sucedido ayer. Estaba en mi dormitorio de la universidad y mi "roommate" había salido a cenar con sus padres que estaban de visita. Alguien tocó la puerta de la habitación y yo, ingenua total, abrí la puerta sin preguntar quién era. Un chico con una capucha puesta, en pleno verano, me preguntó por una persona que yo no conocía. Cuando quise cerrar la puerta sentí que algo la estaba trabando. Al mirar vi un brazo con un cuchillo que se movían espásticamente para arriba y para abajo mientras la persona hacía fuerza para intentar abrir la puerta. De algún lugar saqué fuerza y no me paralicé. En cambio, hice palanca contra una pared que tenía detrás de mí mientras abría y cerraba la puerta con toda mi fuerza para lastimarlo y obligarlo a sacar su brazo de la puerta. En uno de esos movimientos mi verdugo sacó el brazo y yo logré cerrar la puerta con llave. 

Se sabe que las personas que se criaron en ámbitos de maltrato, o sufrieron maltrato, son más vulnerables luego de adultos.

Violencia de género: ¿por qué no disminuye?, ¿qué hacemos mal?

El techo de cristal es ya, de por sí, un símbolo del maltrato que pueden recibir las mujeres en su lugar de trabajo. 
A veces, el maltrato viene por parte de otra mujer. No siempre son los hombres. 

Hay poblaciones de mujeres que también son más vulnerables a este tipo de maltrato. Algunos ejemplos: 

  • Mujeres con trabajos precarios
  • La falta de educación de las partes
  • Mujeres jóvenes o en situación de vulnerabilidad socioeconómica
  • Necesidad de poder mantener la empleabilidad por ser sostén de familia
  • Mujeres que trabajan en industrias dominadas por hombres
  • Mujeres con discapacidades

Los ámbitos laborales pueden ser espacios donde se sufre violencia en diferentes formas:

  • Discriminación al momento de la contratación o para acceder a ascensos
  • Disparidad salarial
  • Microviolencias: Chistes y comentarios machistas. El típico “anotás vos” cuando sos la única mujer en la mesa. Varias CEOs cuentan que, al recibir invitados en sus oficinas, les han pedido café a ellas mientras “espero a que llegue el CEO”.
  • Violencia psicológica
  • Comentarios totalmente fuera de lugar
  • Líderes o colaboradores en general que se comunican con mujeres a través de mansplaining
  • Acoso sexual 

¡Otro año con altas tasas de violencia de género! ¿Qué nos pasa? ¿Por qué no baja?

Cuando hago procesos de búsqueda, ahora menos pero todavía existe, algunos clientes aún dicen: “no me mandes recién casadas de treinta años porque va a querer ser mamá”. Las ejecutivas que han recibido respuestas como: “Para qué querés un aumento? Acabas de ascender y fuiste mamá hace poco.” Otra frase repetida: “Tu marido no te puede mantener?”

Las organizaciones juegan un rol fundamental en la prevención y eliminación de violencia hacia las mujeres. Las multinacionales tienen bajadas fuertes desde sus casas matrices por temas de compliance. Las nacionales argentinas grandes ya tienen posturas más maduras y también cuentan con líneas anónimas de denuncias y programas de ayuda y apoyo a víctimas. 

Existen protocolos internacionales que han sido comprobados sobre cómo se asiste a una persona que se anima a hacer una denuncia por maltrato. Porque, lamentablemente, menos del 10% de los actos violentos son denunciados. Esto es debido a que algunas empresas no han sido totalmente transparentes sobre cómo se tratan los casos de denuncia. Muchas veces, el denunciado, es alguien reconocido y con poder dentro de la organización. Otras veces puede ser un Delegado Sindical. El costo político y económico de sacar a este tipo de perfil es tan alto que pueden generar barreras internas en las empresas. “¿Cómo hago para sacar un Delegado?”  “No podemos echar a X porque el futuro del negocio depende de él.” Parece terrible, pero muchas veces sucede. Lo más terrible es que la víctima es corrida de lugar, su carrera planchada y termina siendo mal vista por el resto de la empresa. 

Por eso es fundamental que las empresas cuenten con una línea donde las mujeres puedan hacer una denuncia formal en un ámbito de total contención. Además, cuando se efectúa la denuncia, tienen que entrar en juego protocolos para proteger a esa víctima. Más aún, cuando es un caso de acoso sexual. 

25 de noviembre, Día contra toda forma de violencia hacia la mujer

En el caso de las empresas / entidades que no cuenten con programas formales, para poder tomar un primer paso y convertirse en empresas libres de violencia contra la mujer, es algo que debe impulsar el número uno / dueño de la organización para que realmente suceda un cambio cultural. Impartir la cultura del respeto es el rol del liderazgo de una organización. 

Existen herramientas que pueden implementar las organizaciones para lograr eliminar violencia de género en los entornos laborales:

  • Poner el tema de violencia dentro de la agenda estratégica de la empresa. 
  • Capacitaciones a todos los colaboradores de una organización para generar sensibilización. 
  • Crear una cultura de apoyo a través de la educación.
  • Implementar políticas claras contra la violencia y el acoso.
  • Implementar Protocolos de prevención. 
  • Instalar líneas anónimas, seguras, de denuncia que realmente funcionen.  
  • Si se comprueba violencia, echar a la persona culpable. No alcanza con moverlo a otro sector. 
  • Ofrecer apoyo a las víctimas de violencia.
  • Implementar prácticas de atracción y desarrollo de talento con políticas claras. 
  • Monitoreo cercano.

Para asistir en el armado de un proyecto que proteja a la mujer en el ámbito laboral hay consultoras que se especializan en trabajar de cerca con los líderes de las organizaciones con este objetivo. Lo fundamental, para poder lograrlo, es contar con un espacio seguro y libre de violencia es que sea un tema muy relevante dentro del plan estratégico de una compañía. Además, debe contar con el apoyo total del líder de la organización. Sin eso es casi imposible que sea exitosa la implementación. Recordemos que, en cualquier organización, la cultura es un reflejo de los comportamientos diarios de los colaboradores. La persona que más impacta en esos comportamientos en el número uno de la organización.

No nos olvidemos que detrás de cada estadística, hay un nombre, una historia y un dolor inimaginable. Es responsabilidad de todos ser el cambio que erradique esta violencia. El cese de la violencia contra las mujeres es un imperativo moral que debe ser nuestra prioridad como sociedad.

Volviendo a mi experiencia personal, recuerdo me fui a la ventana, la abrí de par en par, y empecé a gritar a todo pulmón, pero nadie respondió. Hasta grité “fire fire” y nada. Era eso de las 7 pm y no había nadie afuera. Eran los años ’80, por lo que no existían los celulares y las habitaciones tampoco tenían teléfonos. Sabía que tenía que salir de ahí lo más rápido posible. Quedarme sería una tortura. Me moría de miedo y nadie vendría a ayudarme. ¿Cómo hacerlo si todavía estaba la persona afuera? Entonces, agarré un encendedor que mi "roommate" tenía sobre su escritorio y un desodorante en aerosol. Ahí, armada con mi lanzallamas casera, me animé a abrir la puerta, ir al ascensor y bajar a la planta baja en busca de ayuda. 

Una vez abajo, obtuve la ayuda necesaria y vino la policía. Por unos días la seguridad del campus me acompaño ida y vuelta de mis clases, tenía terror de salir sola. 

En un momento hasta dudé. ¿Habrá sido un sueño? ¿Realmente había sucedido? En la puerta de mi dormitorio estaba la respuesta. El delincuente, por su bronca, había clavado el cuchillo tantas veces en mi puerta y dejado tantas marcas y rayas cruzando la puerta de arriba abajo, que no me quedó duda alguna. Hoy en día queda solo el recuerdo, muy vivo, pero recuerdo al fin, de ese día. Podría haber tenido un final muy distinto. Hoy lo puedo contar desde un lugar de superación.  

Lamentablemente, este no es un caso aislado. Cómo indican las estadísticas de Naciones Unidas, una de cada tres mujeres, a nivel mundial, ha sufrido graves actos de violencia. Hoy hay más visibilidad, sabemos que la violencia contra las mujeres es moneda común. Muchas mujeres no se animan a denunciar. La violencia viene dada desde muchos ámbitos diferentes. Pero, los más comunes, son siempre los que deberían ser los espacios de contención. Estos son la casa, la familia, los supuestos amigos, la escuela y también, el ámbito laboral

 

 *Especialista en gestión y comportamiento organizacional