Misión comercial en China: Los ganadores a pesar del faltazo de Cristina

Redacción Fortuna

Entretelones de las reuniones entre empresarios de ambos países. Por qué se equivocaron quienes, como la Presidenta, decidieron no viajar a Beijing.

Por Sergio Spadone *

La ausencia de Cristina Fernández tuvo un efecto que se pudo medir con precisión: fueron muchos menos los funcionarios de la tercera línea y empresarios que llegaron a Beijing, donde entre el lunes 25 y el miércoles 27 de enero se registraron temperaturas promedio de -2 grados centígrados. Estimo que les costó muy poco a unos cuantos decidir quedarse en el calorcito del hemisferio sur apenas se supo que la Presidenta no viajaba.

Se calculaban originalmente más de 140 empresarios en la multisectorial y los que finalmente arribaron a este país fueron no más de 80. Fue una decisión errónea; los empresarios que no vinieron se equivocaron. Tener éxito en China lleva tiempo, esfuerzo, inversión y, sobre todo, muchos viajes.

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En la cultura china, los acuerdos importantes los suscriben los número uno de las empresas. Antes de eso, gerentes y técnicos negociarán muy duramente desde cada lado de la mesa y se relajarán, todos juntos y puntualmente, a las 12 y a las 18, para almorzar y cenar. Nunca el presidente de una empresa se sentará a la mesa de las negociaciones; si bien es obvio que será él quien tome la decisión más importante, sólo aparecerá en escena cuando todo esté listo. Se colocará un colorido arreglo floral en el ojal, posará firme para la foto bajo un largo cartel rojo y estará allí sólo para sonreír, firmar y celebrar.

Los convenios que firmaría Cristina Fernández en este viaje se demorarán, sí. Pero la gestión no realizada por el empresario o el funcionario técnico que no concurrió, vaya a saber si tiene una segunda oportunidad. En la medida que no se esfuercen los que tienen que iniciar el camino y hacer posibles los convenios, habrá poco y nada a ser rubicado por un primer mandatario.

Las rondas de negocios son series de entrevistas cortas y consecutivas organizadas en un mismo espacio. En el caso de las reuniones que se mantuvieron en el St. Regis de Beijing entre el lunes 25 y el miércoles 27 de enero, a cada representante de las empresas argentinas se le asignó una mesa fija entre las tantas dispuestas en el salón de conferencias del hotel.

Estas reuniones no se dan al azar; cada participante cuenta con reun cronograma preestablecido por el cual, al dar cada hora, el representante de una empresa o un organismo chino se sentará frente a aquel para escucharlo o proponerle algo. Llegar a ese punto requiere una logística que cuesta tiempo, dinero y mucho esfuerzo, principalmente de parte de la embajada argentina en esta ciudad. Además, a cada empresa argentina se le asignó un traductor, cuyo honorario estuvo a cargo del Estado argentino, a través del presupuesto de la Cancillería.

En suma, cuesta mucho organizar este tipo de eventos. Si se la analiza desde una óptica netamente comercial o en función de las relaciones internacionales, la decisión de la Presidenta no fue muy feliz. Viendo las cosas desde mi posición de empresario, los colegas que no vinieron decidieron mal y perdieron una enorme oportunidad. Y la mejor prueba es que a quienes se molestaron hasta aquí no les fue mal.

BUENOS RESULTADOS

Hubo buenos resultados para la agrupación de moledores de granos y los empresarios de la industria textil que participaron del encuentro. No sólo iniciaron relaciones con potencialaciones y concretar negocios en China: compartir una comida y brindar muchas veces. Se firmaron acuerdos en las áreas de pesca y agricultura y un convenio de cooperación técnica entre el INTA y su equivalente chino.

*Empresario argentino radicado en China. Desde Beijing.

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29/1/2010

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