Por los estudios más complejos se iban a cobrar $100 de copago. Economía y empresas barajan una salida para zanjar diferencias.
El Gobierno nacional no autorizó los copagos que se iban a imponer a afiliados de prepagas para exámenes de baja y alta complejidad.
La medida iba a ponerse en marcha la semana próxima pero no fue autorizada.
Los costos por las mismas iban a rondar los $ 50 para las consultas médicas y estudios de laboratorio y de $ 100 para prácticas de mayor complejidad, como resonancias magnéticas o tomografías computadas.
Pero finalmente la Superintendente de Servicios de Salud, Liliana Korenfeld adelantó que "no autorizó ni autorizará a las Empresas de Medicina Prepaga ningún incremento por fuera de los ya establecidos oportunamente". A través de un comunicado, se señaló que "como Organismo de regulación y control de los actores del Sistema Nacional del Seguro de Salud aplicará todas las facultades que la ley le otorga para asegurar el acceso a la salud de todos los beneficiarios".
Korenfeld considera que la decisión de cobrar copagos es un acuerdo gestado como “jugada política” que “pretende convertir a los beneficiarios del Sistema de Salud en rehenes de intereses económicos y así intentar forzar al Gobierno a tomar decisiones políticas que dañen o vulneren el derecho a la salud de nuestros compatriotas".
En consecuencia, el Gobierno negociaba hasta anoche un aumento en las cuotas antes de fin de año. Según adelanta Ambito Financiero, desde Economía prometieron estudiar lo que sería la cuarta suba del año en prepagas (hubo un 5,5% en enero; un 9% en junio y un 7,5% que se aplicará sobre las cuotas de octubre).
El secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, recibió anoche a directivos de las prepagas junto a la superintendente de Servicios de Salud, Korenfeld.
Las empresa adujeron que para compensar la suba de sus costos, en particular el acuerdo salarial sellado en julio pasado, necesitarían por lo menos un ajuste del 9% en las cuotas antes de fin de año.
