Los acuerdos chios afectan al próximo gobierno

Por Aurelio Tomas | Las obras deberán ser concluidas por la gestión que asuma en 2015, a pesar de que no se conoce aún la letra chica de los convenios.

Redacción Fortuna

Corría 2004 cuando los medios se hacían eco de los trascendidos gubernamentales sobre inminentes, y millonarias, inversiones chinas que llegarían para apuntalar la recuperación argentina. Con una década de demora, el kirchnerismo logró una serie de convenios que superan la suma que se prometía en aquel entonces, US$ 20 mil millones. Son compromisos en energía, transporte y asistencia monetaria.

Aún no se conocen los detalles de algunos convenios cuyo alcance supera el plazo del mandato presidencial, pero el Gobierno parece moverse con premura: en el último mes, hubo intensas gestiones para garantizar el inicio de las obras (y la pronta llegada de dólares al país, en plena crisis con los fondos buitre).

Cualquiera sea la letra chica, los compromisos impactarán inevitablemente en el próximo gobierno.

La construcción de una nueva central nuclear o las centrales hidroeléctricas Kirchner y Cepernic en Santa Cruz serán, en el escanario más optimista, iniciadas antes del cambio en el Ejecutivo.

El último convenio anunciado se refiere a la construcción de la cuarta central atómica, bautizada como Proyecto Nacional. Desde la cartera que dirige Julio De Vido indicaron a PERFIL que “en un momento en que se pretendía sembrar dudas sobre los acuerdos que había con China, logramos cerrar un nuevo convenio”. El ministro de Economía, Axel Kicillof; el titular del Central, Juan Carlos Fábrega, y el propio De Vido viajaron este mes a China para anudar los acuerdos que, esperan, traerán pronto al país dólares frescos en medio de las amenazas de los fondos buitre de demandar a los inversores chinos.

El convenio para la construcción de una nueva central en el complejo nuclear Atucha, ubicado en la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires, fue firmado por la compañía estatal argentina Nucleoléctrica Argentina SA y la china CNNC el pasado 3 de septiembre. Será similar a la central Embalse, de agua pesada y uranio.

Los negocios nucleares en Argentina despertaron el interés de empresas norteamericanas, canadienses, coreanas, rusas y chinas.

Desde el Gobierno aclararon que planean adjudicar una quinta central con otro tipo de tecnología y que esos países están aún en competencia. La opción por China, explicaron desde Planificación, se basó en “la experiencia del país con este tipo de centrales, en las opciones de financiación que ofrece y en la posibilidad de que sea construida por una empresa estatal argentina, con recursos humanos y tecnología propios”. El proyecto demandará US$ 2 mil millones más $ 32 mil millones. Los detalles del convenio financiero por la central aún no son públicos: “Las condiciones específicas de los préstamos serán acordadas por las partes”, indicaron desde Nucleoeléctrica.

Publicado en la edición 922 del Diario PERFIL.

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