Por Jorge Colina* /En los últimos años, el país limítrofe tuvo un desempeño económico destacado aprovechando la bonanza de precios internacionales.
Más allá de la derrota electoral, el Frente Amplio de Uruguay demostró que combinando racionalidad y respeto por las instituciones se puede crecer con inclusión social. Es una experiencia aleccionadora frente a la acumulación de fracasos en la región.
Luego de 14 años de gobierno en Uruguay, el Frente Amplio perdió las elecciones. El resultado fue muy ajustado. En el contexto latinoamericano el proceso electoral uruguayo es destacable. La serenidad y estricto apego a las instituciones con que se abordó la alternancia en el poder, dirimida por una por una pequeña cantidad de votos, es ejemplar.
El Frente Amplio agrupa a una veintena de partidos de izquierda. Llegó al poder cuando Uruguay estaba en una profunda crisis y le tocó gobernar en la época de la bonanza de precios internacionales (2005-2012). Lo hizo respetando la propiedad privada y con un manejo macroeconómico ordenado. Baja inflación, sin controles cambiarios, ni emisiones monetarias espurias.
¿Cuáles son los resultados económicos que el Frenta Amplio le deja a Uruguay? Según datos de la CEPAL para el período 2005 (cuando asume Frente Amplio) y el 2018 (último disponible) se observa que el ingreso per cápita pasó de u$s 5.200 a u$s 16.300 en Uruguay. En Chile pasó de u$s 7.500 a u$s 15.000, mientras que en Argentina pasó de u$s 5.100 a u$s 8.700.
Esto muestra que Uruguay tuvo un desempeño económico destacado. Supo administrar la salida de la crisis de comienzos de siglo y aprovechó bien la gran de los precios internacionales. Si bien el contexto internacional favoreció a toda la región, Uruguay triplicó el crecimiento argentino y superó a Chile.
La coalición de izquierda uruguaya obtuvo estos logros económicos sin renunciar en un ápice a sus principios sociales. A diferencia de Chile, fue capaz de transitar un período largo de crecimiento económico manteniendo activos mecanismos de redistribución que permitieron a los sectores más postergados de la sociedad disfrutar del progreso. A diferencia de Argentina, pudo incorporar nuevas libertades sin generar confrontaciones y resentimientos. La experiencia uruguaya es aleccionadora. En Argentina el Frente de Todos tiene similitudes con el Frente Amplio en sus aspiraciones de centro-izquierda. Al igual que el Frente Amplio, el Frente de Todos tiene que abordar un alto nivel de deuda pública. La estrategia uruguaya no apeló a la imposición sino a acordar con los acreedores el "reperfilamiento" de la deuda asumiendo el compromiso de ordenar sus cuentas.
La redistribución de ingresos no se hizo en base a "poner plata en el bolsillo de la gente" sino mejorando la focalización de las transferencias sociales. Para evitar crisis cambiarias no se apeló al cepo ni a cerrar la economía, sino a estimular las inversiones y las exportaciones con una mayor integración al mundo.
*Presidente de IDESA