Marta Liotto, Presidenta del Colegio Inmobiliario de la Ciudad de Buenos Aires, analiza 2025 y comparte sus expectativas para 2026.
El año que termina mostró contrastes para la actividad de los profesionales inmobiliarios y para el mercado en general. La recuperación en la compraventa de inmuebles usados durante 2025 fue, en promedio, mejor que la del año pasado. De hecho, hay que retroceder hasta 2017 para encontrar niveles de actividad similares.
En relación con los alquileres, se logró una mayor estabilidad en los valores y se sostuvo la oferta de inmuebles. Esto fue posible gracias a que transitamos el segundo año completo sin la nociva incidencia de la Ley de Alquileres. Los ajustes trimestrales y cuatrimestrales basados en el IPC se consolidaron como las modalidades más elegidas, permitiendo un mercado más previsible y acorde a las necesidades tanto de propietarios como de inquilinos.
Sin embargo, el crecimiento no fue lineal. Factores como el proceso electoral y la incertidumbre económica generaron volatilidad cambiaria y un aumento de las tasas de interés, afectando la confianza del mercado, especialmente a partir del mes de septiembre.
En lo que respecta al funcionamiento del Colegio Inmobiliario de la Ciudad de Buenos Aires, este año renovamos autoridades para el período 2025–2027. Tengo el orgullo de liderar un equipo de profesionales jóvenes, con gran vocación de gestión y compromiso institucional. Para mí, este desafío es especialmente significativo, ya que se trata de mi segunda oportunidad al frente de la institución.
Asumimos con un foco claro en la defensa de la profesión inmobiliaria. Estamos reforzando las acciones destinadas a frenar el ejercicio ilegítimo de nuestra actividad, con el objetivo de garantizar a la comunidad la seguridad jurídica en las operaciones inmobiliarias. Al mismo tiempo, continuamos trabajando para brindar más y mejores servicios a nuestros matriculados.
El accionar del Colegio durante 2026 estará guiado por una consigna central: cuidar el patrimonio de las personas que confían en un corredor inmobiliario matriculado. Para ello, estaremos cerca de la ciudadanía y profundizaremos las tareas de control, capacitación y actualización profesional de nuestros colegas.
Es importante destacar algunas medidas del Gobierno que contribuyeron a estimular la actividad, como la derogación de la Ley de Alquileres, la eliminación del Impuesto a la Transferencia de Inmuebles (ITI) y el levantamiento del cepo cambiario en abril de este año. También merece mención la venta de tierras públicas en la Ciudad a través de subastas, que ayuda a mejorar la escasa oferta de terrenos para construir, así como el regreso de los créditos hipotecarios para la compra de viviendas.
De cara a 2026, los créditos hipotecarios generan grandes expectativas. No obstante, es necesario aclarar que estas herramientas aún no lograron producir un verdadero despegue debido a la falta de tasas accesibles. En algunos casos, las tasas actuales triplican las vigentes en mayo de 2024, dejando a muchas familias fuera de la posibilidad de cumplir el sueño de la casa propia.
Entre las oportunidades que se presentan para el próximo año, también entusiasma el anuncio de las denominadas hipotecas divisibles. Si bien la norma existe, todavía faltan medidas concretas que promuevan, difundan y estimulen su utilización por parte de inversores y compradores. Facilitar su implementación permitiría ampliar el acceso a la vivienda, tanto para uso familiar como para inversión, y acompañar el crecimiento sostenido del mercado inmobiliario.
Auspiciamos y brindamos por un 2026 de excelencia profesional, con buenas operaciones y grandes logros para todo el sector.
