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El mayor productor es brasileño, factura u$s 2.400 millones por año y nunca pagó retenciones. Los Grobo y El Tejar, dos de los líderes nacionales, invierten en sus tierras de Mato Grosso. Rentabilidad, acusaciones y política.
Un empresario llegó a convertirse en el mayor productor individual de soja del mundo, Blairo Borges Maggi, con las espaldas del Grupo André Maggi, que factura u$s 2.400 millones, y un lugar entre las principales fortunas que marca la revista Forbes.
Sus dos períodos como gobernador de Mato Grosso permitieron que ese estado pase a transformarse en el núcleo agropecuario más importante del país y la zona de cultivo del 25% de la soja brasileña. Así, este empresario de 54 años colocó a su país más arriba en el ranking de exportadores de soja y, conociendo los problemas para crecer en la Argentina de grandes productores como Los Grobo, El Tejar y otros grupos, les presentó la oportunidad de ganar en sus tierras sin las complicaciones locales.
Maggi logró ganar escala a fuerza de abrir zonas vírgenes y transformarlas en campos cultivables y no tuvo en contra los derechos de exportación. Por el contrario, contó con poder político propio y el estímulo estatal para generar y desarrollar nuevos agricultores.
Es en este escenario que se da que la demanda asiática presiona por obtener soja, argentina o brasileña. Pero el país cedió en su impulso de duplicar sus millones de toneladas granos y cereales y perdió posiciones. Hace ocho años, cuando se impusieron las retenciones, se había llegado a las 30 millones de toneladas y este año se esperan cosechar 50 millones. Brasil había logrado en esa época 42 millones de toneladas y, este año se estima llegará a las 70 millones, con rindes mucho más bajos, costos menores y sin grandes cargas impositivas.
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El mayor exponente brasileño es Maggi, pero no sólo de su país sino a nivel global. Los grandes grupos argentinos, como Los Grobo y El Tejar, sin grandes posibilidades de crecer en el país, encontraron en Brasil una válvula de escape y en Mato Grosso un anfitrión de dimensiones colosales. Los líderes de ambas empresas, Gustavo Grobocopatel y Manuel Alvarado, así como otros sojeros locales, vieron la posibilidad de evitar de las retenciones locales, cruzaron la frontera y hasta consiguieron socios brasileños para sumarse a su valioso know-how y experiencia argentina.
En 2004, Maggi visitó la Argentina y se reunió con sus pares locales, con el objetivo de armar una alianza bursátil bilateral. Además, Maggi, como gobernador, les ofreció a los sojeros argentinos condiciones ventajosas para instalarse a producir en tierras fiscales de ese estado y, como principal anzuelo, el no tener la carga impositiva local.
31/7/2010