Susana y Tinelli reducirán el tiempo de publicidad por la Ley de Medios

En los próximos 12 meses, canales, radios, productores de señales y de contenidos deberán duplicar la programación local en el interior del país. Las dudas sobre cómo se financiará.

Redacción Fortuna

Por Rodolfo Barros *

Si la implementación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) que acaba de ser reglamentada no sufre contratiempos, en el transcursos de los próximos 12 meses, los televidentes y escuchas de radio notarán cambios en su programación habitual.

Por ejemplo, Susana y Tinelli emitirán menos publicidad por hora en cualquiera de sus formatos y otros “tanques” porteños, como Malparida, encontrarán menos espacio en el horario central de los canales del interior, que deberán reservar una parte de ese segmento para noticieros locales y producciones propias, además del estreno de, al menos, ocho películas o telefilms nacionales al año.

Es que, en términos generales, para adaptarse a las nuevas reglas que regulan a la radio y la TV, los canales del interior deberán duplicar la producción local, en especial, la dedicada a la ficción, que de acuerdo con estudios de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) es casi exclusiva de los canales porteños.

Se descuenta que los propietarios de los medios del interior deberán invertir como nunca antes en contenidos locales propios y producidos por terceros y, para equilibrar el negocio, ocuparán el espacio de mayor audiencia con esos contenidos, restando lugar en esa franja a programas de larga duración, como los de Marcelo Tinelli, que los viernes demoran cuatro horas, o el de Susana Gimenez que se lleva dos horas y media.

No es para menos; la preponderancia de los contenidos producidos en Buenos Aires que se ven en las provincias quedó reflejado en un estudio de la AFSCA, que el año pasado monitoreó más de 246.000 horas de programación en todo el país. De allí surge que las retransmisiones porteñas ocupan un mínimo del 59% de la pantalla de los canales de la Patagonia, a un máximo de 75%, en el noroeste.

EL DATO

Las retransmiciones porteñas ocupan hasta 75% del tiempo en las pantallas de televisión del noroeste.

En Buenos Aires, los canales cumplen con holgura las cotas mínimas de producción propia, excepto Canal 9, propiedad del mexicano Remigio Angel González González, mejor conocido como “el fantasma”, que a su vez tiene el monopolio de la televisión en algunos países de Centroamérica, para los que produce telenovelas enlatadas de bajo costo, que le ganan por varios puntos a las producciones paraestatales, Duro de domar y Bajada de línea.

A su vez, en las radios que no sean temáticas, se escuchará más música de intérpretes o autores argentinos. Tienen un cupo mínimo de 30% del total. Pero además, la mitad de ese espacio no debe ser ocupado por los artistas que promueven los grandes sellos discográficos, dejando lugar a los menos conocidos, distribuidos por productoras independientes o por los propios artistas.

COLGADOS

Los cambios también llegarán a la televisión paga. Por un lado, los cables, como DirecTV tienen la obligación de dar espacio en su grilla a los canales estatales, los que monten las universidades, las de los canales locales y a cualquier señal del tipo de noticias, como TN o C5N, cuyo propietario la entregue al operador sin cobrarle nada.

Además, los cableoperadores deberán ordenar la grilla dando prioridad a las señales locales. En el sector se asegura que estas disposiciones atentan contra la inversión de los nuevos licenciatarios de canales: dada la alta penetración del servicio de TV pago, no gastarán mucho en transmisores de alta potencia, porque el cablero deberá transmitirlos sin cobrarles nada.

Creen que gracias a ello, quienes se apalanquen en la distribución arbitraria de la publicidad oficial, que algunos estiman que este año sobrepasará los $ 1.000 millones, tendrán el financiamiento para lanzar señales y canales con línea oficialista.

La financiación para duplicar la programación local en el interior o lanzar nuevas emisoras en todo el país es el talón de aquiles de la norma. Desde el oficialismo, se asegura que habrá políticas públicas que aseguren la diversidad. Desde los distintos segmentos de la oposición, ponen ejemplos como la señal CN23 que creó el empresario paraestatal Sergio Szpolski, que ahora no podrá ser rechazada por los cableoperadores.

Los que están en el medio, como parte de los académicos, dicen que éste es un camino largo para recorrer. Recuerdan que la Argentina se caracteriza por tener el nivel de inversión publicitaria privada más bajo de la región, cuando se la mide por habitante, lo que dificulta crear nuevos programas de calidad. Y que aunque la pluralidad esbozada en la Ley parece contradictoria con la política comunicacional del Ejecutivo, recuerdan que los gobiernos cambian y las leyes permanecen.

* De la redacción de Diario Perfil

5/9/2010

Pierri y Telefé ganaron en la reglamentación

Telecentro, del Grupo Pierri, y Telefe, de Telefónica, fueron dos de los grupos que ganaron con la forma en que se reglamentó la Ley de Medios.

La empresa de televisión paga del ex titular de la Cámara de Diputados durante el menemismo, Alberto Pierri, dueño también de Papel de Tucumán, sorteó el límite de 24 licencias máximas para un cableoperador, gracias a que el decreto reglamentario introdujo la posibilidad de tener una licencia extendida. Telecentro cuenta con este tipo de licencia porque extendió sus operaciones, mientras que Cablevisión, de Clarín, adquirió compañías de cable y sus licencias, con las que excede el límite de 24.

La diferencia fue advertida por legisladores de la oposición, como Margarita Stolbizer, que aseguró que el reglamento determina nuevas figuras que violentan el límite de licencias, al permitir las extensiones de un cable sobre una misma licencia sin ningún tipo de cantidad máxima.

Por su parte, Telefónica no deberá vender sus acciones en Telefe por no cumplir con la Ley de Bienes Culturales, que impide que un extranjero tenga el control de medios en la Argentina. El decreto reglamentario despejó la duda que impulsó el texto de la Ley al establecer que no se le aplicará a las empresas que realizaron adquisiciones antes de la sanción de la Ley de Bienes Culturales. No le pasa la mismo al grupo español Prisa, que adquirió Continental luego de la sanción.

Otro aspecto de la reglamentación es que, cuando alguien pierde una licencia o la devuelve, tiene que entregar el equipo técnico y las redes con las que presta el servicio, tal como le solicitó el ex Comfer a Cablevisión cuando derogó licencias por falta de papeles.

5/9/2010

En esta Nota