El presidente de la compañía en la país asegura que las condiciones macros se han estabilizado y eso impulsó la producción automotriz y las ventas de 0 KM. Los 70 años de la planta de Santa Isabel y cómo espera llegar al 15% de market share en el país y exportar el 60%.
Hay tres números que Pablo Sibilla, presidente y CEO de Renault Argentina, tiene muy claros en su cabeza. Uno de ellos es del pasado, mientras que los otros dos son del futuro.
El primer número es el 70. En marzo de este año, la planta de Santa Isabel, en Córdoba, cumplió 70 años. Fue fundada en 1955 por IKA (Industrias Kaiser Argentina), empresa a la que se asoció Renault en 1959. Desde ese día, lleva fabricados más de 3.500.000 vehículos de 34 modelos diferentes, muchos de los cuales fueron íconos de la industria automotriz como el Torino, el Renault 4, el 12, el 18 y hasta la mítica Renault Fuego. Hoy, esta planta cuenta con más de 120 robots, tecnología de punta y allí se producen seis modelos, que son la Sandero, Stepway, Logan, Kangoo en sus versiones pasajero y furgón y la Alaskan. Próximamente, y a partir de una inversión de u$s 350 millones, la automotriz francesa comenzará a producir una nueva pick up de media tonelada basada en el “Niagara Concept”.

El segundo número es el 60, que hace referencia al porcentaje de unidades de exportación al que quiere llegar la marca francesa en el corto plazo. “Actualmente, Renault exporta un 30% de sus vehículos. Con la inversión realizada y la nueva pick-up, que saldrá al mercado en 2026, nuestro objetivo es llegar al 60% de exportación”, cuenta Sibilla. Más adelante, en su charla con Fortuna, Sibilla reconocerá que es clave para las terminales en el país que su foco esté en la exportación, sino es muy difícil sobrevivir solo con el mercado interno.
El tercer número que Sibilla tiene en su mente es el 15. Sibilla afirma que “en Argentina hay aproximadamente 15 millones de autos, de los cuales más del 16% son Renault. Actualmente, nuestro market share está en torno al 10%, y el año pasado fue del 9%. Nuestro objetivo es llegar al 15% de participación de mercado, y lo vamos a alcanzar”.
El presidente y CEO de Renault Argentina habla con Fortuna sobre el actual contexto macroeconómico que permite a los responsables de las compañías enfocarse “en lo importante, que es cómo ser competitivos para exportar”, explica por qué mejoró la previsión de ventas de autos que hizo la industria para este año y cuenta las claves para lograr los dos ambiciosos objetivos que tiene la marca francesa en el país, tanto el de exportación como el de ventas domésticas.
La curiosa historia del multimillonario que fue discriminado por su auto
Fortuna: En 2024 se vendieron cerca de 414 mil autos nuevos, y este año el pronóstico de la industria estaba en torno a las 500 mil unidades. Sin embargo, ya se está hablando de superar los 600 mil autos cero kilómetros. ¿Qué pasó para que mejorara la expectativa del mercado?
Sibilla: Para Argentina, 650 mil unidades es un muy buen mercado y debería ser lo normal en las condiciones de un país estabilizado. Hemos llegado a casi 900 mil vehículos, pero ese era en un mercado con anabólicos, no natural. Dicho esto, es importante explicar porque las estimaciones actuales son mejores de las que se habían previsto. Por un lado, hay mayor disponibilidad de vehículos. Antes se vendía lo que había disponible. Por otro lado, el nivel de financiación está creciendo día a día y el crédito empieza a ser más accesible, por lo que es más fácil comprar vehículos. Además, el poder adquisitivo se ha reconstruido porque los salarios se han reconstituido y han crecido, y eso hace que la cantidad de sueldos para comprar un auto se vaya achicando.
Fortuna: ¿Qué responsabilidad tienen decisiones que se han tomado en la macroeconomía para esos tres factores que usted marca?
Sibilla: La reducción de la tasa de interés es un factor fundamental. Todavía los créditos en Argentina son a corto plazo comparado con otros mercados que están financiando a tres o cinco años. Acá todavía los plazos son cortos, a 18 meses y algunos pocos hasta 30 meses. Esta diferencia de plazo, a la que creo que se va a estar llegando en poco tiempo, es importante porque un plazo corto implica cuotas altas. Por el lado de la mayor disponibilidad, hoy es un hecho que todas las terminales podemos importar. Hoy importar no es un problema, lo que se traduce en que las automotrices podemos traer modelos que antes no había. En Renault mismo habíamos interrumpido la comercialización del Kwid, que es nuestro auto más accesible y era el más vendido de su segmento. Ahora lo estamos volviendo a traer y ha logrado volver a posicionarse porque es el vehículo más accesible del mercado, a poco menos de $ 20 millones.
Fortuna: Una pregunta que le vengo haciendo a los empresarios y la respuesta suele ser afirmativa. ¿Estamos en un país más normal para hacer negocios?
Sibilla: Sí. La Argentina siempre fue un país muy volátil independientemente del signo político. Es un país caracterizado por esa volatilidad y hoy en día el que se volvió volátil fue el mundo. Entonces, lo que diría es que el mundo se ha argentinizado de alguna forma porque es mucho más volátil y eso exige una dinámica mucho más rápida para tomar decisiones y, al mismo tiempo, Argentina se normalizó. Esta combinación hace que hoy en día Argentina no sea ese bicho raro tan difícil de entender. Esta realidad lo que hace es que, en nuestra industria, los que tomamos decisiones tenemos las mismas preocupaciones que los colegas de otros países, que es en cómo hago para competir con tal marca, qué oferta de productos voy a tener; mientras que antes la preocupación era cómo hago para sacar los autos que están en el puerto hace tres meses y cómo hago para pagar las deudas con la casa matriz. Por todo esto digo que hoy nos podemos concentrar en lo que es realmente importante, que es en cómo seguir mejorando la competitividad para algo que es central para nosotros que es la exportación.
Fortuna: Además de “país normal”, la palabra competitividad y eficiencia son las otras dos más repetidas por el empresariado local y los directivos de compañías.
Sibilla: El mercado argentino venía con ventas promedio de un 50% nacional y 50% importado, pero la tendencia es que suban los autos de afuera, con un 60% de importado y 40% nacional. Esto no es ni positivo ni negativo, sino que lo que hay que ver es cómo está la producción, y esta no ha caído. (NdA: en el primer cuatrimestre del año, la producción nacional de autos registró un crecimiento del 9,1% respecto al mismo período del año pasado). Esta situación de que la fabricación de las terminales crece es una buena señal y es lo que realmente hay que mirar, porque si las ventas aumentan, pero la producción cae eso quiere decir que hay sustitución de nacionales por importados, y eso no es lo que está pasando. En un contexto mundial tan competitivo, que los nacionales se mantengan estables es bueno.
Fortuna: Que Argentina haya tenido un mercado tan cerrado, con poca oferta y disponibilidad, ¿no fue contraproducente para la competitividad de la industria automotriz?
Sibilla: Argentina estuvo cerrado muchos años y la competitividad no es el punto fuerte, por eso cuando se abre la importación que no se desplome la venta de productos nacionales es una buena señal. Las terminales, en general, venimos haciendo un gran trabajo en torno a la cadena de valor, y hay que seguir haciéndolo si no queremos perder nuestros mercados de exportación que hemos ganado con tanto esfuerzo. Con nuestros colegas de otras automotrices siempre decimos que nuestros principales competidores no son de las otras marcas, sino que son los fabricantes de nuestra propia marca en otros países. ¿Qué significa esto? Que yo, como Renault Argentina, compito por otros países para que las inversiones de la casa matriz vengan al país. Yo trato de traer inversiones a Argentina y el de Brasil trata de llevarlas a su país. Y es mucho más fácil conseguir inversiones cuando el país y las reglas son más predecibles. Los principales embajadores de Argentina para que lleguen inversiones en la industria somos los presidentes de las filiales que, dicho sea de paso, somos casi todos argentinos y tenemos una trayectoria bastante larga cada uno en su marca. Nosotros somos los que vamos a defender y traer inversiones al país.
Fortuna: Para conseguir esas inversiones de las casas matrices está claro que la competitividad es fundamental. ¿Dónde está parado nuestro país en la industria automotriz?
Sibilla: La respuesta la voy a dividir en dos partes. Por un lado, hay que ver el mercado interno, donde seguimos teniendo un 54% de impuestos y es el motivo por el que los argentinos pagamos más caros los autos que en otros países. En Estados Unidos se paga menos del 10% de impuestos. Ahí hay un trabajo a mediano y largo plazo para hacer, y que a medida que la Argentina vaya acomodando su economía, y vaya siempre manteniendo su superávit fiscal, pueda ir reduciendo impuestos, como ingresos brutos y otros más distorsivos. Lo que nosotros planteamos es que quizá sea mejor aplicar un impuesto ligado a la venta, como hay en otros países y no ligado a la cadena de valor como el impuesto al crédito y débito o ingresos brutos, que penalizan a la cadena de valor. Nosotros entendemos que todavía, como las condiciones macroeconómicas del país no permiten esa baja, no se haga. La segunda parte de la respuesta tiene que ver con la competitividad y la exportación. Nosotros exportamos aproximadamente un 20% de impuestos. Ojo, es mucho mejor que hace algunos años que estaba el impuesto país, pero sigue siendo alto. En realidad, no es que mejoramos, sino que volvimos a cómo estábamos antes del impuesto país. Entonces tenemos que seguir trabajando para retirar todos los impuestos que impacten en la exportación y a medida que la ecuación económica del país lo permita, trabajar también en los impuestos en el mercado doméstico.
Fortuna: A principios de mayo el gobierno eliminó retenciones para la exportación de más de 4.400 productos industriales, pero las automotrices no entraron allí y ustedes mismos aceptaron esa situación al entender la realidad del país. ¿Qué diálogo tienen con el gobierno?
Sibilla: Nuestro diálogo siempre es con Economía y son muy positivos. Nos juntamos cada tres o cuatro meses con Luis Caputo y su equipo. La industria entiende que quizá no es el momento de sacarnos los impuestos por el superávit fiscal, que es no negociable y eso lo entendimos todos los argentinos. Y su respuesta es que a medida que vaya mejorando esa ecuación económica irán retirando capas de impuestos y lo están cumpliendo. Creo que hay que dar ese voto de confianza porque en todas las reuniones que hemos tenido, lo que acordamos lo cumplieron. Y eso vale un montón, para nosotros y también en nuestras conversaciones con la casa matriz. Todo lo que venimos diciendo hace un año medio que nos dijeron que iba a resolverse, se fue resolviendo. Y esto es clave porque se trata de crear confianza y sabemos que Argentina tiene una historia de no siempre cumplir con su palabra.
Ni Ferrari ni Mercedes-Benz: La marca de autos más valiosa del mundo es de Elon Musk
Fortuna: Cuando se habla de mejorar la competitividad para exportar, generalmente el pedido rápido de empresarios e industriales es la devaluación. Sin embargo, usted dijo que eso a largo plazo no sirve, porque esa competitividad dura solo seis meses.
Sibilla: De los 30 años que llevo en Renault estuve 15 en Brasil. Los argentinos tenemos esta cuestión de pensar en dólares y hacemos las cuentas en dólares todo el tiempo. Cuando miramos nuestra historia, cada vez que devaluamos, en seis meses esa devaluación se la comió la inflación porque todos los precios se ajustan inmediatamente. Y más en nuestra industria, que está tan globalizada y el valor de referencia es el dólar. A veces cuestionan el aumento de un plástico fabricado en Argentina, pero no entienden que la materia prima está dolarizada, tiene un estándar internacional y un valor internacional. Entonces, eso hace que al final, de alguna forma, todo tenga una correlación con el dólar e inmediatamente los actores de la economía van a tratar de compensar ese efecto devaluatorio y por eso en seis meses se te fue el efecto positivo de la devaluación. La única forma de realmente trabajar los elementos duros de la competitividad es ser más eficientes y un país más estable ayuda para eso, porque con inflaciones de más del 100% los negocios pasan por otro lado como el del stock o el financiero.
Fortuna: Dentro de este contexto, la fábrica de Santa Isabel de Renault cumplió 70 años. ¿Cómo ve a la empresa en el país?
Sibilla: Renault es el auto de los argentinos. De los 15 millones de unidades que tiene el parque automotor, más del 16% son Renault. Por eso, nuestro market share actual, en torno al 10%, es bajo y lo queremos subir. Pero no a cualquier costo. Buscamos equilibrio en el crecimiento, pero con rentabilidad, porque esa ganancia es la que permita pagar las inversiones a futuro. Si las condiciones no están dadas para vender, lo que ajustamos es el volumen, porque la rentabilidad no es negociable. Y este margen del que hablamos es de un 7%, que fueron los resultados globales que presentó Renault. La industria automotriz tiene márgenes finitos. Por eso a principios del año pasado, luego de la devaluación, nosotros decidimos cuidar la rentabilidad y sacrificar el volumen, por eso bajamos del 12% al 9% de market share. Preferíamos no vender a regalar rentabilidad, porque sabíamos que era cuestión de tiempo hasta que se acomoden las variables. Fueron un par de meses porque en junio ya estábamos de vuelta en una situación que nos permitía empezar a vender con normalidad. En este contexto nuestro objetivo es llegar al 15%, que es lo que vale la marca por su historia.
Fortuna: ¿Cómo se equilibra esta búsqueda de crecer en el mercado local con el foco exportador que buscan con la planta?
Sibilla: El proyecto del “concepto Niagara” es muy especial para nosotros porque uno de los objetivos que nos pusimos con el equipo de dirección de Renault Argentina, hace ya casi 5 años, fue convertir el negocio de Renault a un negocio netamente exportador. Nuestra industria necesita volumen y el mercado interno no es tan grande. La forma de funcionar bien es complementarte con Brasil, que ellos fabriquen algunos modelos y nosotros otros y eso nos permita enviarles unidades. Y ahí sí lográs escala. Renault, por decisiones anteriores, estuvo muy centrado en el mercado argentino y tenía poco volumen de exportación, con apenas un 10% de lo que fabricábamos. Era urgente cambiar esta situación por la escala y porque cuando vos exportás te generás tus propios dólares y eso te permite blindarte un poco de lo que le pase al país en términos de exposición cambiaria y posibles limitaciones a la importación que pueda haber. Este proyecto de la pick-up tiene este objetivo de ser un vehículo fabricado en Argentina con perfil exportador y tenemos como objetivo llegar a exportar el 60% de lo fabricado en el país.
Fortuna: Por último, tiene los números muy claros: 15% de market share en el país y exportar un 60%. ¿Es ambicioso?
Sibilla: En 2026 vamos a tener en el país el 100% de la gama renovada, con variedad de oferta y disponibilidad de productos. Sabemos que están llegando más competidores, pero en los últimos 20 años, el 97% de los autos vendidos son de marcas que tienen historia industrial en Argentina. Además, empezaremos con la producción de la pick-up, que será un hito importante y nos permitirá mejorar nuestro perfil exportador. Tenemos claro el camino.