Planificación 2025: qué datos y supuestos evaluar para proyectar el año que llega

Se estima que el panorama macroeconómico será más ordenado y predecible el próximo año, pero los desafíos seguirán en la micro. Qué es lo que hay que mirar.

Oscar Bercovich*

Para elaborar un presupuesto basado en la actividad económica proyectada de una empresa para el próximo año, es fundamental analizar ciertos supuestos clave, tanto los que surgen del entorno externo como los que provienen del interior de la organización.

Los datos, supuestos y proyecciones internos están relacionados principalmente con definir lo que la empresa planea lograr. Esto incluye las estrategias de expansión, contracción, defensa o mantenimiento. En este análisis, es importante considerar los siguientes supuestos externos. Son los datos que nosotros, en nuestras compañías, analizamos basados en información de asesores económicos y luego ajustados internamente según las propias necesidades.

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Por ahora, en 2025, el panorama macroeconómico será más ordenado y predecible, pero los desafíos seguirán en la micro. Estos son los datos externos que hay que mirar:

  • El indicador de actividad económica de Argentina, que refleja la evolución del PBI, muestra que estimamos un cierre negativo para 2024, entre -2,7% y -3%. Sin embargo, proyectamos un crecimiento económico cercano al 5% para el próximo año. En cuanto a la inflación, se espera una desaceleración progresiva a medida que avancen los meses.

  • En relación a los tipos de cambio, es importante tener en cuenta la tasa de interés del Banco Central, que regula - de alguna manera - el costo del dinero y establece el costo del crédito en la Argentina, factor principal de uno de los verticales de crecimiento de consumo interno de nuestro país. Y en ese punto nosotros estimamos que la tasa de interés anual del año que viene, sobre el final, va a estar cerca del 19% de una tasa que hoy está cerca del 35%, o sea,  lo que representa una disminución considerable de la curva.

  • La evolución del salario real (la comparación entre lo que creemos que el salario de los argentinos va a evolucionar versus la inflación). Si bien la evolución del salario real en el 2024 fue bastante positiva (cerca del 9%) estimamos que el año que viene va a seguir así, aunque a un ritmo sustancialmente menor.

Al analizar estas variables, proyectamos una Argentina que, a nivel macroeconómico, mostrará crecimiento en 2025, con una inflación finalmente estabilizada, un tipo de cambio más equilibrado y una tasa de interés en descenso.

Entonces, ¿un mejor panorama macroeconómico nos garantiza optimismo y crecimiento? No necesariamente. Mientras la macroeconomía se ordena y fortalece, la microeconomía enfrenta una redistribución del poder adquisitivo y del valor relativo en su aporte al crecimiento. Esto significa que algunos sectores crecerán y serán motores de la economía, pero otros no, e incluso podrían retroceder. Por lo tanto, un escenario macro favorable, aunque positivo para la competitividad y la eficiencia, no implica automáticamente un impulso uniforme para todas las empresas o sectores.

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¿Qué debemos hacer con esta información? Fundamentalmente, se trata de proyectar dos aspectos clave: los estados de resultados y los flujos financieros de las empresas.

Es necesario proyectar los estados de resultados para estimar ventas, costos, márgenes de utilidad y prever las ganancias o pérdidas esperadas, utilizando datos internos y externos. También es fundamental planificar los flujos de fondos, ya que Argentina atraviesa un cambio significativo en la forma de pagos y financiamiento. Será clave manejar con cuidado las velocidades de cobranza y pago, ya que los clientes recurrirán más a tarjetas de crédito, cheques y cuentas corrientes, y menos al efectivo, debido a la caída en el costo del dinero a lo largo del tiempo. Esto es crucial porque, aunque una empresa pueda proyectar resultados económicos positivos, un manejo inadecuado de los flujos de pagos puede generar desajustes financieros de impacto.

Argentina está atravesando un cambio en su estructura económica, pasando de ser un país que tenía una macroeconomía rota y una microeconomía que quemaba en muchos sectores hacia a un escenario actual, en el que la macroeconomía  muestra orden y fortaleza. Sin embargo, este cambio ha generado una consecuencia significativa en los sectores microeconómicos, con transiciones que varían según el sector y que, en algunos casos, pueden ser riesgosas. Debemos estar atentos, analizar y tomar las decisiones correctas a tiempo. Siempre timing, timing y timing.

*Presidente de Uniber y Metrocúbico