Micaela Unamuno, COO de Educabot, analiza 2025 y comparte sus expectativas para 2026.
Fortuna: ¿Cómo describirían el 2025 para su sector?
Unamuno: En educación y tecnología, 2025 fue un año bisagra. La escuela argentina siguió atravesada por presupuestos ajustados, brechas de infraestructura y mucha incertidumbre, pero al mismo tiempo se consolidó algo que veníamos viendo desde hacía tiempo: ya no es opcional hablar de IA, programación y robótica en las aulas. Docentes, ministerios y familias empezaron a pedir menos “promesas de futuro” y más soluciones concretas que mejoren la experiencia de aprendizaje hoy.
Lo interesante es que este contexto, tan desafiante a nivel local, nos convirtió también en un laboratorio de innovación seguido de cerca a nivel internacional. Diseñar productos y programas que funcionen en entornos con limitaciones reales —logísticas, presupuestarias, regulatorias— nos obligó a subir mucho la vara de la eficiencia, la escalabilidad y la trazabilidad. Eso hoy nos posiciona muy bien en el mercado: si algo resiste el test de Argentina, es mucho más fácil escalarlo al resto de Latinoamérica e incluso a otros países del mundo.
Desde nuestro lugar, vimos tres tendencias claras. La primera, la necesidad de pasar de “proyectos aislados” a ecosistemas integrales: equipamiento, contenidos, capacitación docente y plataformas de gestión que conversen entre sí. La segunda, un interés creciente por integrar IA de manera responsable, no como moda, sino como herramienta para personalizar trayectorias, acompañar a los docentes y evaluar mejor, sin perder el criterio pedagógico. Y la tercera, una demanda fuerte de propuestas que puedan ser federales y, al mismo tiempo, exportables, es decir, que funcionen en contextos muy diversos dentro de Argentina y también en otros sistemas educativos de la región.
Para Educabot, 2025 fue justamente eso: un año de ajustar mucho la operación, pero también de consolidarnos como punta de lanza en el desarrollo de soluciones EdTech desde el Sur hacia el mundo, demostrando que es posible construir productos de clase mundial nacidos en un país lleno de barreras… y justamente por eso, muy preparados para escalar a nivel internacional.
Fortuna: ¿Cuáles fueron los principales hitos, lanzamientos, aperturas o logros que destacaría la compañía durante este año?
Unamuno: Si tuviera que resumir el 2025 de Educabot en una frase, diría que fue el año en el que crecimos en profundidad tecnológica y en sentido de propósito.
En primer lugar, dimos un salto muy fuerte en desarrollo, tecnología y creación de ecosistemas escalables. No se trató solo de lanzar nuevos kits o experiencias aisladas, sino de integrar hardware, software y servicios en propuestas completas: robótica, realidad virtual, plataformas de gestión y formación docente que se piensan desde el día uno para funcionar a gran escala en sistemas educativos complejos.
En esa línea, avanzamos con fuerza en la integración de soluciones de IA en nuestras plataformas y programas, y en el desarrollo del departamento de Aprendizaje Adaptativo, que tiene como foco usar datos e inteligencia artificial para entender mejor cómo aprenden los estudiantes y cómo acompañar a los docentes con información accionable, sin perder nunca la mirada pedagógica.
Pero, para mí, el hito más importante del año fue el desarrollo y consolidación de nuestro departamento de Inclusión. Este equipo nació con un mandato muy claro: que cada solución de Educabot se diseñe desde el inicio pensando en igualdad de oportunidades y accesibilidad, sin importar la condición, el contexto o el punto de partida de los estudiantes. Eso implica trabajar con criterios de diseño universal, adecuaciones, materiales específicos y una escucha muy activa de las escuelas y comunidades que históricamente quedan al margen.
Finalmente, todo esto se tradujo en una federalización real de nuestras soluciones y en un gran impacto a nivel nacional: llegamos a más provincias, a más tipos de escuelas y a contextos muy diversos, desde grandes ciudades hasta territorios donde la tecnología educativa casi no llegaba. Ese recorrido nos deja una convicción fuerte: lo que hoy estamos implementando en Argentina es la base para seguir creciendo y liderar implementaciones grandes hacia afuera, llevando este modelo de ecosistemas EdTech inclusivos y escalables a otros países de Latinoamérica y del mundo.
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Fortuna: ¿Qué lecciones clave o aprendizajes se llevan de los desafíos enfrentados este año?
Unamuno: Si algo nos enseñó 2025 es nuestra capacidad de reinventarnos sin perder quiénes somos. Tuvimos que atender una demanda creciente y muy exigente, responder rápido, con altísima calidad y mucha trazabilidad, al mismo tiempo que ordenábamos y hacíamos crecer internamente la compañía: procesos, equipos, estructuras, internacionalización. Ese equilibrio entre escalar y seguir siendo “nosotros” es, quizás, el mayor aprendizaje.
También confirmamos que, aun cuando todo se acelera, nuestro foco no se mueve: pensar, diseñar, desarrollar e implementar soluciones con impacto real. No hacemos tecnología “porque sí”, sino para transformar lo que pasa en las aulas y en los sistemas educativos. En un contexto donde todo va cada vez más rápido —nuevas herramientas, IA, cambios de agenda— aprendimos que nuestra ventaja está en sostener esa esencia: escuchar a las escuelas y gobiernos, iterar rápido, pero siempre con una brújula clara sobre para qué hacemos lo que hacemos.
Y hubo otra certeza que se reforzó mucho este año: la importancia de desarrollar talento. Acompañar a chicos y chicas en una etapa clave de su vida, ayudarlos a descubrir vocaciones vinculadas a la tecnología y a la ciencia, y al mismo tiempo acompañar a docentes y profesionales a reinventarse y actualizarse para el mundo que nos rodea. Cada programa, cada kit, cada experiencia de IA o de robótica es también una invitación a aprender de nuevo. Entendimos que nuestro rol no es solo llevar soluciones a las escuelas, sino también abrir caminos de formación y reconversión para las personas que van a liderar la educación y el trabajo en los próximos años.
Fortuna: De cara al 2026, ¿cuáles son los principales desafíos que identifica para su negocio en el contexto local?
Unamuno: De cara a 2026, nuestra tarea será ayudar a los decisores a ver que invertir en competencias digitales, IA y robótica no es un “extra”, sino una condición para que los chicos y chicas tengan oportunidades reales en el futuro del trabajo.
El segundo desafío será escalar la IA educativa de forma responsable, combinando personalización y analítica de datos con marcos claros de privacidad, transparencia y participación docente. Queremos que las escuelas sientan que dominan la herramienta, no que la herramienta las domina a ellas.
El tercero tiene que ver con seguir profesionalizando nuestra operación y cadena de valor: homologaciones, certificaciones, logística internacional, servicio postventa y soporte técnico a gran escala. Todo eso es invisible para el usuario final, pero es lo que permite que miles de kits, dispositivos y plataformas funcionen bien todos los días en aulas de todo el país.
Fortuna: ¿Qué oportunidades de crecimiento o nichos de mercado visualizan como prioritarios para el próximo año? ¿Dónde pondrán el foco?
Unamuno: La primera está en los programas integrales de transformación educativa a gran escala, tanto en Argentina como en otros países de la región. Cada vez más gobiernos y redes educativas buscan dejar atrás las “experiencias piloto” y pasar a modelos sistémicos que incluyan infraestructura tecnológica, robótica, IA, formación docente y evaluación de impacto. Ahí es donde nuestro enfoque de ecosistemas escalables y trazables agrega más valor.
La segunda oportunidad tiene que ver con el desarrollo de talento para el mundo que viene, no solo en estudiantes, sino también en docentes y profesionales. Vamos a profundizar propuestas de formación en IA, pensamiento computacional y competencias digitales que puedan vivir dentro y fuera de la escuela: en colonias tecnológicas, clubes, trayectos para jóvenes y programas de reconversión profesional que conecten educación, tecnología y empleabilidad real.
La tercera está en la expansión internacional de nuestras soluciones. Todo lo que logramos hacer funcionar en contextos tan desafiantes como los de nuestro país nos deja muy bien posicionados para escalar a otros sistemas educativos de Latinoamérica e incluso a mercados más maduros. Nuestro foco estará en consolidar alianzas estratégicas que nos permitan llevar nuestros kits, plataformas de IA y modelos de implementación a nuevos países, manteniendo siempre el mismo criterio: soluciones con impacto real, medible y sostenibles en el tiempo.
Fortuna: ¿Cuáles son los planes, proyectos o inversiones concretas más importantes que tienen previstos para 2026?
Unamuno: En 2026 nuestro foco estará puesto en escalar lo que ya sabemos que funciona para llegar a muchos más estudiantes, docentes y escuelas, dentro y fuera de Argentina.
Por un lado, vamos a profundizar el desarrollo y la distribución de nuestra línea de kits de autoaprendizaje en casa, pensados para que chicos y chicas puedan iniciarse en robótica, programación e inteligencia artificial desde su hogar, a su propio ritmo, pero conectados con la misma calidad pedagógica que ofrecemos en las aulas. En paralelo, seguiremos invirtiendo en nuestros asistentes de inteligencia artificial para escuelas, que ayudan a docentes y equipos directivos a gestionar mejor la información, personalizar propuestas y tomar decisiones educativas basadas en datos.
Otro eje central será la Copa Robótica, que en 2026 tendrá una impronta aún más federal: queremos que se realice en todo el país, con presencia en todas las provincias e invitando a chicos y chicas de 15 a 18 años a acercarse a la robótica de forma totalmente gratuita. La competencia es, para nosotros, una excusa poderosa para abrir puertas, descubrir talento y mostrar que la tecnología también puede ser un espacio de encuentro y de futuro compartido.
Finalmente, vamos a seguir invirtiendo en nuestra línea inclusiva y adaptativa, profundizando el trabajo de los equipos de inclusión y aprendizaje adaptativo para que cada solución que lanzamos incorpore, desde el diseño, criterios de accesibilidad, diversidad y diferenciación pedagógica. El objetivo es claro: que la innovación tecnológica no amplíe brechas, sino que se convierta en una herramienta concreta para acortarlas.
Fortuna: En una frase: ¿Cuál será la palabra clave o el concepto que guiará la estrategia de su empresa el próximo año?
Unamuno: Tecnología con propósito para transformar la educación.