Decálogo de la inflación: Las principales fuentes de suba de precios

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Redacción Fortuna

El recalentamiento de los últimos dos meses promete un año intenso para el bolsillo: salarios, gasto público, oferta escasa y el efecto arrastre, apenas algunos componentes de un cóctel fuerte.

Por Pablo Menna y Conrado Martínez

Al parecer, el ministro de Economía, Amado Boudou, no adhiere a dicha teoría, con lo que parcería habilitar un reconocimiento de los indicios que hacen prever un alto nivel de inflación para 2010, de hasta 25%. A saber:

1. El efecto arrastre. 2009 no dejó buenas noticias en cuanto al comportamiento de los precios, y el arrastre se hará sentir. Según un informe de la consultora FIEL, la inflación de todo 2009 en la Ciudad de Buenos Aires fue del 17.3%. Diciembre fue un mes particularmente recalentado con subas de casi el 4% en alimentos y bebidas, de casi 3% en atención médica y gastos de salud, casi 6% en esparcimiento (el único impacto verdaderamente estacional) o superiores al 1% en equipamiento y mantenimiento del hogar o transporte y comunicaciones, lo que dejó un buen piso para los meses siguientes. La Argentina se hace así acreedora del quinto puesto a nivel mundial en cuanto al nivel de inflación más elevado, detrás de Congo, Etiopía, Pakistán y Venezuela, según el último informe World Economic Outlook del FMI.

2. Primer trimestre. Enero no sólo trajo un calor agobiante. También fue un mes difícil para el bolsillo: el primer mes de 2010 registró el nivel de inflación más alto de los últimos dieciocho años, con una cifra entre 2,2% y 2,5%. De esta manera, aun cuando haya un aplacamiento en los próximos índices, lo cierto es que difícilmente la inflación del primer trimestre, crucial para marcar el ritmo del año, esté por debajo de 5%, incluso con las explicaciones respecto del turismo, la inercia de los precios de las fiestas, etc.

3. Recesión y crecimiento: El año pasado, la Argentina registró una caída en su nivel de actividad del orden del 3.5%, según fuentes privadas lo que técnicamente significa que el país entró en estanflación, ya que los precios siguieron aumentando. Ahora bien, si con tamaña reducción en su PBI la Argentina tuvo que soportar un alza del 17% en sus precios internos, con un crecimiento del PBI de entre 3% y 4% como se pronostica, el nivel de inflación será más elevado que durante 2009.

4. Presiones salariales. Los caciques sindicales se aprestan a liderar los reclamos salariales de los sectores económicos que representan. Ya hablan de una pretensión mínima de ajuste salarial del 20%. Demás está decir que si los salarios se incrementan en promedio en dicho porcentaje, la inflación de 2010 estará por encima. Habrá que ver qué sucede en caso de que se conforme el tan anunciado Pacto Económico y Social entre empresarios y trabajadores, pero, a pesar de esto, el consumidor ya parece conocer el final de antemano: “Los salarios terminan subiendo por la escalera y los precios por el ascensor”, la frase típica de los años 80 volverá a repetirse en los tiempos que vienen.

5. El nuevo BCRA. La salida “por la ventana” de Martin Redrado, colocó en la presidencia de la entidad reguladora a la desarrollista Mercedes Marcó Del Pont. Desde el Gobierno creen que la nueva mandamás de la entidad se alinea, mejor que su inmediato predecesor, con las necesidades de caja del Poder Ejecutivo. Por tal motivo, es de esperar quizás para 2010 una política monetaria más laxa, y habrá que prestar más atención a la evolución de los agregados monetarios.

6. Oferta restringida. El galimatías regulatorio que los Kirchner ofrendan a diario al sector productivo, son un fuerte desincentivo a la hora de incrementar la oferta de productos y servicios. Falta de financiamiento, extrema rigidez del mercado laboral, restricciones energéticas, presión impositiva asfixiante, discrecionalidad sin límites; todos ellos constituyes un cóctel explosivo que atenta contra el crecimiento del PBI y, por lo tanto, contra la estabilidad de precios. La carne, el mejor ejemplo.

7. Acuerdo de precios. El ministro de economía, Amado Boudou, sostuvo que para atenuar la suba en el costo de vida, el Gobierno pretende reflotar los acuerdos de precios. Éstos, se sabe, son un instrumento que puede tener cierta utilidad como complemento de otras medidas más de fondo, y si el mismo se aplica por un corto período de tiempo. Si la política anti inflacionaria del Gobierno se limita a tales acuerdos, no cabe duda de que los precios terminarán ganando la batalla.

8. Gasto público. El nivel de erogaciones del Estado se sitúa en un récord histórico: 36% del PBI, y parece ser que desde el Gobierno están dispuestos a “cebar aún más la bomba”. De hecho, en los últimos tres meses de 2009 el gasto creció a una tasa del 28% anual, con respecto a idéntico período del año anterior.

9. Restricciones a las importaciones. La política de sustitución de importaciones se espera continúe durante el 2010, al igual que lo que ocurre desde la asunción de Néstor Kirchner como presidente en 2003. Al mismo tiempo, y dado que los compromisos de la deuda pública obligan a la generación de divisas, es probable que desde el Gobierno continúen ralentizando el ritmo de las compras al exterior.

10. Memoria inflacionaria. Los argentinos, en cuanto a la inflación, somos como los alcohólicos recuperados: toda la vida deberemos tener cuidado de no volver a las andadas. Luego de la hiperinflación que dio origen al Plan de Convertibilidad, muchos pensaron que la sistemática suba de los precios era un tema del pasado. La historia demuestra que esto no es así, y que la inflación, especialmente en el país, es un tema que ningún gobierno debe descuidar. También las expectativas cuentan. Los actores económicos viven en un clima de constante remarcación de precios y, de tal forma, tienen una conducta adaptativa, operando en consecuencia. Es un círculo vicioso del cual es difícil salirse.

Lea el artículo completo en la última edición de Revista Fortuna

13/2/2010

encima. Habrá que ver qué sucede

en caso de que se conforme el tan

anunciado Pacto Económico y Social

entre empresarios y trabajadores,

pero, a pesar de esto, el consumidor

ya parece conocer el final de antemano:

“Los salarios terminan subiendo

por la escalera y los precios por el

ascensor”, la frase típica de los años

80 volverá a repetirse en los tiempos

que vienen.

5. El nuevo BCRA. La salida

“por la ventana” de Martin Redrado,

colocó en la presidencia de la entidad

reguladora a la desarrollista

Mercedes Marcó Del Pont. Desde el

Gobierno creen que la nueva mandamás

de la entidad se alinea, mejor

que su inmediato predecesor, con

las necesidades de caja del Poder

Ejecutivo. Por tal motivo, es de esperar

quizás para 2010 una política

monetaria más laxa, y habrá que

prestar más atención a la evolución

de los agregados monetarios.

6. Oferta restringida. El galimatías

regulatorio que los Kirchner

ofrendan a diario al sector productivo,

son un fuerte desincentivo a

la hora de incrementar la oferta

de productos y servicios. Falta de

financiamiento, extrema rigidez

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