Mientras dure ‘patria o buitres’, se encarecerá el crédito

Los ejecutivos esperan el fin de la etapa en la que el país se mantuvo por fuera del mercado internacional de deuda.

Redacción Fortuna

Por Paola Quain (*)

Las grandes empresas enfrentan un escenario de financiamiento en 2015 que dependerá, en gran medida, de que se cierre finalmente el capítulo de la deuda en default. La expectativa de los ejecutivos sobre la llegada a un acuerdo con los fondos buitre tiene su razón de ser: culminaría la etapa en la que el país se mantuvo por fuera del mercado internacional de deuda, y las compañías podrían obtener créditos en condiciones más favorables que las que vienen consiguiendo desde que se entró en “default selectivo”.

Actualmente hay pocas empresas con acceso a líneas de crédito del exterior. El resto se financia en el mercado local. Verónica Améndola, analista de empresas en Moody’s, señaló que “en la actualidad la mayoría de las compañías se financian en el mercado local mediante la emisión de obligaciones negociables (ONs), pero en los casos en los que una firma necesita montos importantes, como los que implica la ampliación de una fábrica, necesitan acceder al mercado internacional, y mientras más tiempo se demore en cerrar el capítulo de la deuda en default, más caro se hará ese financiamiento”.

En términos generales, la tasa que un país paga por financiarse en el exterior es tomada como referencia para las colocaciones de deuda de las firmas, con variaciones según la solidez de cada una de ellas. Así, el costo de la colocación de deuda del Estado en el exterior se tomaría como un parámetro para los inversores del exterior para medir el “riesgo argentino”.

Una vez vencida la cláusula RUFO (right upon future offers), que implicaba el riesgo de que el pago de la sentencia a los buitres se extendiera al resto de los holdouts, el compás de espera de las empresas para financiarse en los últimos meses también se termina.

Salto. En julio, sólo cinco meses atrás, cuando el país cayó en el llamado “default técnico”, las emisiones de deuda en el mercado local pagaban una tasa Badlar (referencia por los depósitos de más de $ 1 millón en el sistema bancario) más un cupón que promediaba los 2,5 puntos. Es decir, 23%. Sólo cuatro meses más tarde esa cifra creció a un promedio de 4 puntos, y solamente en el mercado local, evolución poco alentadora para el sector privado.

Además, el monto y el número de operaciones se fueron reduciendo en el último semestre. De acuerdo con los últimos datos disponibles del Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC), en noviembre se emitió el equivalente en estos títulos a US$ 267 millones, 40% menos que en octubre y el menor valor desde agosto. Las operaciones pasaron de 24 en septiembre a 19 en noviembre.

En un proceso gradual, las empresas nacionales fueron reduciendo los plazos de financiamiento, agrega Améndola, que destaca que “esa situación hace que aumente el riesgo de liquidez ya que se observa un mayor número de empresas con emisiones de corto plazo –menores a un año–”. Las importadoras podrían sumar un costo adicional de 1,5% en caso de verse obligadas a utilizar cartas de crédito, que brindan mayores garantías de pago en el exterior. En paralelo, el Gobierno avanza en función de lo pactado con el Club de París, y aprobó los modelos de contratos bilaterales con Alemania y los Países Bajos.

Algunas empresas, si se terminan de cerrar estos acuerdos, podrían encontrar otras líneas de crédito del exterior.

(*) Publicado en la edición impresa de Diario PERFIL.