Desde el corazón productivo argentino, Manuela Schedlbauer lidera Molino Mayal con una visión que combina compromiso, comunidad y respeto por la tierra. Con foco en sostenibilidad, comparte aprendizajes clave sobre cómo transformar fracasos en oportunidades, atraer capital responsable y proyectarse a mercados globales sin perder identidad.
¿Cuáles son las cinco claves que llevan al éxito?
Perseverancia: avanzar incluso frente a grandes dificultades. Pasión auténtica: amar profundamente lo que hacemos cada día. Compromiso absoluto: estar presentes en cada etapa del proceso. Trabajo en comunidad: construir junto a la familia y los productores. Y respeto por la tierra: honrar el oficio, cuidando el entorno. Estos valores no solo sostienen el negocio, construyen prestigio y sostenibilidad.
¿Qué estrategias considera fundamentales para capitalizar errores o fracasos en el proceso emprendedor?
Abrazar los fracasos es parte del camino. Cada tropiezo enseña y fortalece. Confiar en la visión, el proyecto y las personas permite atravesar las crisis con resiliencia. Apoyarse en la familia, volver a empezar con humildad y mantener la fe en que todo esfuerzo genuino da frutos. Las crisis, bien gestionadas, se convierten en plataformas de crecimiento.
¿Cómo debe presentarse un producto o servicio ante un potencial inversor para captar capital?
Transmitiendo pasión y propósito. Mostrar por qué creemos profundamente en lo que hacemos. Resaltar valores, calidad y compromiso. Ser transparentes y coherentes en cada decisión. Inspirar confianza es clave: demostrar que juntos podemos generar valor económico y social, y atraer inversiones responsables que compartan esa visión.
¿Qué condiciones debe reunir un producto o servicio para competir en el mercado local? Debe generar confianza y transmitir autenticidad. Contar una historia real detrás del producto: esfuerzo, pasión y valores. Construir vínculos duraderos más allá de la venta. Inspirar orgullo local y ofrecer coherencia entre lo que se promete y lo que se entrega. La reputación se construye con consistencia.
¿Qué pasos debe seguir un emprendimiento para llegar a mercados globales? Soñar en grande y creer que lo pequeño puede trascender. Mantener la identidad y llevar al mundo nuestra esencia. Compartir valores universales que conecten culturas. Crecer con paciencia, respeto y visión de largo plazo. Tejer alianzas genuinas que abran puertas y multipliquen oportunidades. La expansión global se construye con estrategia y autenticidad.
“Cultivar respeto, excelencia y visión estratégica es la clave para dejar una huella que perdure en el tiempo.” Molino Mayal demuestra que el liderazgo empresarial puede ser regenerativo, rentable y profundamente humano. Una marca que crece desde la tierra, pero piensa en el mundo.
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