El multimillonario fue uno de los partidarios más fervientes del candidato republicano. Por lo tanto, no sorprende que ganara algo más que un aliado en la Casa Blanca. ¿Cuánto influirá en el nuevo gobierno?
Es el hombre más rico del mundo, empresario exitoso y el principal partidario de Donald Trump en las últimas elecciones a presidente en Estados Unidos. Sin dudas, Elon Musk fue uno de los grandes triunfadores este martes 5 de noviembre cuando el pueblo estadounidense votó al candidato republicano como su mandatario.
El magnate de origen sudafricano donó casi US$ 119 millones a un comité de acción política que creó para apoyar a Trump, según documentos presentados ante la Comisión Federal Electoral. Además, apareció con el ahora presidente electo en mítines y puso a disposición su red social X para hacerle una entrevista donde ambos protagonistas se adularon el uno al otro.
Por lo tanto, no es ninguna sorpresa que Musk ganará algo más que un aliado en la Oficina Oval. Fue justamente en esa entrevista donde el multimillonario se postuló para un puesto en la Casa Blanca para controlar los gastos gubernamentales y acortarlos cuando fuera necesario. El propio Trump dijo: "Eres el mejor cortador". “Necesito un Elon Musk, necesito a alguien que tenga mucha fuerza, coraje e inteligencia. Quiero cerrar el Departamento de Educación y trasladar la educación de regreso a los estados", detalló.
Quién es el multimillonario que busca un rol en política
En su discurso del miércoles por la noche anunciando su victoria, Trump volvió a elogiar al dueño de Tesla: "Ha nacido una nueva estrella. Es un personaje. Es un tipo especial. Es un supergenio”.
Unas horas más tarde, en la apertura de los mercados, las acciones de Tesla subían un 14% haciendo que el valor de los 411 millones de acciones de la compañía que tiene Musk posee se disparara en más de US$ 13.000 millones, lo que equivale a una rentabilidad superior al 11.000% sobre los US$ 119 millones que donó a Trump.
Actualmente, el magnate supervisa un imperio de seis empresas, varias de las cuales están muy enredadas con el gobierno federal estadounidense. SpaceX se convirtió en un socio cada vez más vital para la NASA y el Departamento de Defensa estadounidense, con contratos por valor de miles de millones. Por su parte, Tesla apuesta su futuro financiero al desarrollo de robotaxis autónomos, una búsqueda arriesgada que se enfrenta a serios obstáculos regulatorios.
Elecciones en Estados Unidos 2024: Los posteos de Galperin en apoyo a Donald Trump
Sin embargo, el ascenso de Trump podría ayudar a acelerar la aprobación regulatoria de la tecnología de conducción autónoma de la compañía, de acuerdo con la opinión de Daniel Ives, analista tecnológico de Wedbush Securities
Hasta ahora, las funciones de asistencia al conductor existentes de la compañía, conocidas como Autopilot y Full Self-Driving o FSD, están siendo investigadas por los reguladores federales de seguridad después de una serie de accidentes relacionados con esta tecnología. Esas investigaciones podrían retrasar la aprobación de la autorización para circular por las carreteras de los verdaderos coches autónomos de Tesla, a pesar de la afirmación ampliamente cuestionada de Musk de que los Tesla que utilizan FSD ya son más seguros que los conducidos por humanos.
“Con Trump esas investigaciones podrían desaparecer lentamente”, dijo Ives.
Elon Musk se encamina a ser el primer billonario del mundo, ¿cuándo alcanzaría este hito?
No todo es color de rosa en la relación Trump-Musk
Pero una cosa es hacer campaña juntos y otra trabajar juntos. El presidente electo es conocido por ponerse en contra incluso de sus amigos y colegas más leales. Puede que Musk y Trump estén alineados por ahora, pero podrían surgir puntos de tensión entre dos hombres conocidos por sus egos.
Una prueba de fuego será las relaciones de Estados Unidos con China. Con la victoria de Trump “será mucho más duro con China y entonces los aspectos negativos podrían superar a los positivos para Tesla”, dijo Ives. “Más del 40% de las entregas provienen del mercado chino. Tesla quedaría atrapada en el fuego cruzado”.
Otro desafío será ver qué consideran “despilfarro gubernamental” uno y otro y si alguna de las empresas de Musk no terminan saliendo perjudicadas.
Pase lo que pase entre los dos, Musk dejará este ciclo electoral con una robusta maquinaria política que puede utilizar no sólo para reforzar sus negocios, sino también sus políticas favoritas.
RM