La novena persona más rica del mundo escribió en una carta dirigida a sus accionistas que su fortuna estará abierta al escrutinio público. Igualmente, aclaró que "se siente bien".
El empresario multimillonario de 93 años, Warren Buffett, brindó nuevos detalles sobre su testamento en una carta. El presidente ejecutivo de Berkshire Hathaway Inc le escribió un mensaje por el Día de Acción de Gracias a los accionistas en la cual habló de su salud y de lo que ocurrirá con su fortuna tras su muerte.
“Me siento bien, pero soy plenamente consciente de que estoy jugando en extra innings”, señaló Buffett en el escrito, según información de Bloomberg Línea. Asimismo, develó: “Tras mi muerte, la disposición de mis bienes será un libro abierto, sin fideicomisos "imaginativos" ni entidades extranjeras para evitar el escrutinio público, sino un simple testamento disponible para su inspección en el Juzgado del Condado de Douglas”. Cabe señalar que este es el lugar donde reside en Omaha, Nebraska.
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También dijo en la carta que esta semana donó acciones de Berkshire Hathaway valoradas en más de US$868 millones a organizaciones benéficas, incluida una que lleva el nombre de su difunta esposa. Buffett donó 1,5 millones de acciones de Clase B a la Fundación Susan Thompson Buffett y 300.000 acciones a la Fundación Sherwood, la Fundación Howard G. Buffett y la Fundación NoVo, yal y como hiciera el año pasado. Hizo la donación tras convertir 1.600 acciones de Clase A en 2,4 millones de acciones de Clase B.
La novena persona más rica del mundo cuenta con un patrimonio neto de US$120.800 millones, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg. Su fortuna aumentó US$13.300 millones este año. Su compromiso filantrópico inició en 2010 con sus amigos Bill Gates y Melinda French Gates. En ese entonces comentó que donaría su fortuna en vida o a su muerte. Cuatro años antes, empezó a hacer donaciones masivas a la fundación de los Gates, así como a fundaciones vinculadas a sus hijos.
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Actualmente, los tres hijos de Buffett, cuyas edades oscilan entre los 65 y los 70 años, son los albaceas de su testamento, así como los fideicomisarios nombrados del fideicomiso benéfico que recibirá su fortuna, según afirma en la carta.
“En 2006 no estaban plenamente preparados para esta enorme responsabilidad, pero ahora sí lo están”, declaró Buffett. “Al administrar el fideicomiso testamentario, los tres deben actuar por unanimidad. Debido a la naturaleza aleatoria de la mortalidad, siempre deben designarse sucesores. Los estatutos del fideicomiso serán amplios”.
RM
