Su espacio, Arenas Studios, es elegido para producciones audiovisuales y cinematográficas, campañas publicitarias, sesiones fotográficas, ferias de arte y eventos corporativos.
Leandro Santoro viene de una familia de emprendedores que siempre estuvo ligada al trabajo y a la construcción de proyectos con visión de futuro. Su abuelo y su tío abuelo iniciaron el camino en el mundo de los negocios, su padre potenció aún más esa tradición, y Leandro Santoro tuvo la oportunidad de sumarse, de aportar su mirada y llevarlo a nuevas direcciones. De ellos aprendió la importancia del esfuerzo, la perseverancia y la capacidad de ver oportunidades donde otros ven obstáculos. Creo que ese legado familiar fue clave para que se animara a crear nuevos espacios y generar valor en cada proyecto que encaro. Hoy está al frente de Arenas Studios, ubicado en el edificio donde funcionaba una usina eléctrica, que se transformó, gracias al espíritu visionario de Santoro, en un complejo fílmico de primer nivel, que hoy es elegido para producciones audiovisuales cinematográficas, campañas publicitarias, sesiones fotográficas, ferias de arte contemporáneo y eventos corporativos. Directores de cine y productoras comenzaron a interesarse en el lugar por su estética industrial y versatilidad para la filmación.
"Arenas Studios nació de una visión estratégica y del creciente interés de la industria audiovisual por espacios con identidad. El edificio centenario donde hoy funciona Arenas Studios fue adquirido por Silos Areneros Buenos Aires, gracias a la gestión de mi padre, sin imaginar en ese momento su potencial más allá de su uso original. En un principio, solo albergaba nuestras oficinas, pero al explorarlo con atención, descubrimos su riqueza arquitectónica: sótanos, cámaras y pasillos en los que alguna vez funciono la antigua usina eléctrica CATE (Compañía Alemana Transatlántica de Electricidad), además de imponentes naves industriales únicas en su tipo".
Contra viento y marea: ¿Cómo es tener un negocio en Argentina?
Fortuna: ¿Cómo es proyectar y crear en un país con tantos vaivenes como el nuestro? ¿Es optimista respecto a eso?
Santoro: Argentina es un país que te obliga a ser creativo y flexible. No hay fórmulas rígidas que funcionen para siempre, y eso hace que emprender acá sea un desafío constante. Pero también creo que esa misma dinámica te da oportunidades que en otros lugares no existen. Hay una enorme riqueza cultural, talento y capacidad de adaptación. Hay momentos más difíciles que otros, pero siempre miro hacia adelante. Si uno espera el momento perfecto, nunca hace nada. Prefiero avanzar, innovar y encontrar soluciones en el camino.
Fortuna: ¿Es muy detallista a la hora de proyectar?
Santoro: Si. Me gusta que las cosas se hagan bien, que los espacios tengan una identidad, que la gente que trabaja conmigo entienda la visión detrás de cada idea. Pero también creo en la colaboración y en la importancia de sumar diferentes miradas. Un buen proyecto no es el resultado de una sola persona, sino del trabajo en equipo y de una ejecución bien pensada.


Fortuna: ¿Le da importancia a su imagen? ¿Se cuida?
Santoro: Sí, creo que la imagen es importante, pero no sólo en términos estéticos, sino en cómo uno se presenta y comunica lo que hace. Hoy en día, la percepción y la credibilidad son fundamentales, sobre todo en un mundo donde todo está interconectado. En cuanto al cuidado personal, intento mantener un equilibrio. El trabajo puede ser muy demandante, así que trato de encontrar momentos para desconectar, hacer deporte y mantener una buena energía.
Fortuna: ¿Qué le gusta hacer cuando no trabaja?
Santoro: Me gusta descubrir nuevos espacios, ya sea viajando o recorriendo lugares con historia dentro de la ciudad. También disfruto del arte en sus distintas formas, desde la música, la pintura, la fotografía y hasta la arquitectura. Y cuando puedo, intento desconectarme un poco del ritmo del día a día para pasar tiempo con familia y amigos, que son fundamentales en mi vida.



