Saber gestionar nuestro tiempo y energía puede hacer la diferencia entre una vida enfocada y una agotada.
Cuando hablamos de una vida equilibrada, o desequilibrada ¿a qué hacemos referencia? Me gusta pensar en una analogía cuando hablo de equilibrio. Y es imaginarme a un malabarista que tiene sus esferas en el aire.
Necesita que todas estén en movimiento y no ponerle demasiada atención a una sobre las otras. Si una de las esferas recibiera toda la atención. ¿Qué pasaría? Las demás se caerían. Lo mismo pasa con las diferentes áreas de nuestra vida. Imaginemos que cada una de esas esferas son tu trabajo, tu familia, tus afectos, tu salud, tu recreación. Si nos ocupamos demasiado en una ¿qué pasa con las otras?
Para esto, saber gestionar nuestro tiempo y energía puede hacer la diferencia entre una vida enfocada y una agotada. En la actualidad, muchos de nosotros nos enfrentamos a desafíos laborales y personales que pueden afectar ese equilibrio buscado. La presión para cumplir con las expectativas laborales, la responsabilidad de cuidar a la familia y la necesidad de tiempo para nosotros mismos pueden crear un conflicto que es difícil de resolver.
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Pero nuestro ser no solo se alimenta de obligaciones. Somos un organismo complejo que requiere una variedad de nutrientes para una vida plena. Algunos de estos alimentos son de carácter emocional, como el amor, la conexión y la creatividad. Otros, en cambio, son de naturaleza intelectual, como el conocimiento, la reflexión y la exploración de nuevas ideas. Hace poco, me inscribí en un curso sobre Dostoievsky, no con el fin de obtener algún beneficio “utilitarista” sino simplemente para alimentar mi lado intelectual, que había estado sintiendo hambre de nuevas perspectivas, en un mundo que puede sentirse, a veces, muy superficial.
Pero para darle a cada uno de estos aspectos su lugar correspondiente, necesitamos de un elemento mágico: el tiempo. Si no lo tenemos, es muy difícil lograr un equilibrio. Y en el mundo moderno que nos tocó vivir, donde reinan el exceso de información, la velocidad, y el bombardeo constante de distracciones, tener los objetivos claros, y cuidarnos de las intromisiones permanentes, es un desafío, aun mayor.
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Consejos para lograr una vida más equilibrada:
Establecer prioridades: Poner un orden a tus prioridades de forma clara y realista puede ayudar a lograr el equilibrio entre la vida laboral y personal.
Gestionar el tiempo: Conocer técnicas de productividad y gestión del tiempo utilizando herramientas como calendarios, trackers y listas de tareas, puede ayudar a lograr una agenda equilibrada.
Flexibilidad laboral: Las nuevas dinámicas laborales, como el home office u horarios flexibles, puede colaborar en el balance entre la vida laboral y personal.
Cuidar la salud: Reservar tiempo para atender nuestra salud física y mental es fundamental para lograr mayor bienestar. Esto puede incluir actividades como ejercicio, meditación y tiempo de descanso.
Divertirnos: Cuando todo es trabajo y responsabilidades, nos empezamos a sentir frustrados y desmotivados. Hay que sacarle un poco de arte a esta vida para que tenga sentido vivirla. Buscá espacios que te desafíen, hobbys que disfrutes, y recreaciones para tu mente.
Pedir ayuda: No se puede todo (y ni falta que hace). Tenemos que aprender a delegar y a pedir ayudar cuando no lleguemos a todos nuestros objetivos. Esto puede incluir pedir colaboración a la familia, amigos o colegas de trabajo.
No juzgar el desequilibrio en el corto plazo: Un día de desequilibrio no determina tu vida. No te juzgues demasiado si no logras equilibrar todo en un día, ni siquiera en una semana. En lugar de eso, enfocate en aprender de tus errores y ajustar tus estrategias para el futuro.
*Autora de Gestión del tiempo: claves para una vida productiva y feliz. Creadora de la comunidad @organiz.hadas