En Argentina, la prioridad del sector privado sigue siendo reducir la dependencia de los combustibles fósiles, como el gas y el petróleo, e incrementar la participación de fuentes renovables.
Con independencia del cambio de gobierno y las vicisitudes políticas, la transición energética sigue su marcha en Argentina. Las empresas tienen su propia agenda sobre la necesidad de modernizar sus procesos productivos, y la difícil coyuntura económica, aunque puede posponer algunas innovaciones, no parece detener el rumbo. En nuestro país, la prioridad del sector privado sigue siendo reducir la dependencia de los combustibles fósiles, como el gas y el petróleo, e incrementar la participación de fuentes renovables.
Y no sólo se trata de proyectos energéticos específicos, tales como las grandes obras de infraestructura, sino también de rubros en donde el propio consumo demanda su actualización. De esta forma, la transición abarca sectores complementarios que juegan un papel crucial en la conversión ecológica. Algunos resultan fundamentales para complementar el desarrollo integral de la descarbonización. ¿Cuáles son esos sectores?
Ecoturismo
La industria turística, aunque vital para la economía, también tiene su propia contribución significativa para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La transición energética en este sector se vuelve esencial para reducir su huella ambiental a través de la conservación de recursos naturales. ¿Cómo lo hace? Atrayendo a los turistas a la concientización de la problemática.
Destinos turísticos sostenibles pueden atraer a viajeros específicos, promoviendo así el crecimiento económico local y la innovación tecnológica. Muchos argentinos ya incorporan esta realidad a sus planes de viajes, y así lo demuestra la plataforma de búsqueda de tarifas de viaje y alojamiento on line Booking.com. Su estudio arrojó que el 85% de los vacacionistas argentinos planifica que en los próximos 12 meses quiere viajar de manera más sustentable.
El sitio implementó en 2021 una especie de certificado para identificar alojamientos que cumplan ciertos requisitos de cuidados ambientales, conocido como el Sello de Viajes Sustentables. Pese a todo, el turismo también tiene desafíos por delante, ya que el informe señala que un 51% observa a las opciones de turismo más ecológicas como “demasiado caras”. En comparación, sólo el 39% está dispuesto a pagar un poco más por dichas opciones.
El campo y su transición
La agricultura se encuentra en el centro de la transición energética, más de lo que uno puede imaginar. Adoptar prácticas sostenibles en un universo tan relevante que abastece de alimentos a todo el mundo representa un desafío crucial. Joaquín Basanta, presidente de Agro Sustentable, sostuvo que una opción para la descarbonización en el agro son los bioinsumos, que emergen como protagonistas, “no sólo contribuyendo a la reducción de emisiones sino que además permiten un aumento notable en la productividad”.
El Banco Mundial presentó un informe para América Latina y el Caribe en el que se detalla con minuciosidad la problemática que el cambio climático genera en la productividad y en las cosechas de varios territorios. Sequías brutales se pudieron observar con fuerza en los últimos años en la región, lo cual llevó a alertar sobre una crisis alimentaria a gran escala.
“Los países de la región tienen todavía la oportunidad única de actuar con rapidez y liderar el cambio para promover economías más resilientes y con bajas emisiones de carbono”, manifestó Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial, en el marco de su informe.
Por lo tanto, existen distintos obstáculos que enfrenta este sector, que van desde la lenta incorporación de insumos orgánicos en las producciones agropecuarias, hasta la poca aplicación de soluciones tecnológicas. “Entendemos que la innovación tecnológica puede convivir con la sustentabilidad”, añadió Basanta al respecto. La empresa lo aplica en su unidad de negocios llamada “AgroTech”, donde a partir de la utilización de drones de aplicación, los usuarios aumentan la productividad y cuidan a la vez todo el agroecosistema.
Vehículos “eco-friendly”, una tendencia que llegó para quedarse
Transporte y movilidad sostenible
El sector del transporte desempeña un papel crucial en la transición energética. La electrificación y los biocombustibles se presentan como estrategias viables para reducir las emisiones. Empresas como Renault, quien tiene más de 500.000 vehículos electrificados en el mundo, están liderando este cambio, combinando la electrificación con biocombustibles para lograr una transición más equilibrada y compatible con la infraestructura existente.
La marca fue pionera en lanzar un vehículo 100% eléctrico en el país, Kangoo ZE, en 2018, que ya lleva más de 100 unidades vendidas desde su lanzamiento. Por otro lado, la líder en nuestro país respecto a los biocombustibles y vehículos eléctricos es Toyota, que lleva la delantera con más del 80% de la venta de este tipo de transportes en Argentina.
Empresas de alta gama, como Mercedes – Benz, Stellantis, Honda y BMW, sentaron las bases y presentaron proyectos para nuestro territorio en donde los vehículos eléctricos tendrán un rol preponderante en el mercado para los próximos años.
Los biocombustibles, especialmente de segunda y tercera generación, ofrecen una alternativa eficaz, aprovechando residuos y contribuyendo a la economía circular. Juegan un papel muy importante donde la electrificación, bien sea de forma directa mediante el uso de baterías o por la implantación de la pila de hidrógeno, no puede llegar.
La transición en la construcción
La construcción, al ser responsable de un considerable consumo de energía y emisiones de CO2, también atraviesa su proceso de innovación. La eficiencia energética en la construcción, mediante el uso de materiales aislantes y la generación de energía renovable, se postula como una estrategia rentable.
Actualmente, se cuentan con soluciones y estrategias de eficiencia energética que permiten construir con parámetros de consumo de energía baja o casi nulos e incluso devolver energía a la red o modernizar las construcciones existentes hasta reducir su consumo de energía entre un 50% y un 90%.
Además, se suman también los certificados ecológicos, como ocurre con el Etiquetado de Vivienda Energética, que identifica a las casas sustentables capaces de ahorrar grandes cantidades de energía por su aislación térmica. Así, la participación en proyectos de energías renovables son pasos esenciales para un sector clave en la construcción de una economía baja en carbono.
La transición energética, lejos de ser un proceso aislado, abarca una red interconectada de sectores. Desde el turismo hasta la construcción, cada área desempeña un papel fundamental en la creación de un futuro sostenible. La conciencia, la innovación y la colaboración son elementos clave para el éxito de esta transición, y la participación activa de empresas, gobiernos y ciudadanos es esencial para lograr una transformación completa y duradera.
RM
