Es multimillonario, fundó Groupon y busca dejar un legado en el sector que prometió nunca ingresar

Eric Lefkofsky insistía en que nunca crearía una empresa de atención médica porque era una industria demasiada regulada. Una noticia cambió su mentalidad y ahora quiere que sea su “legado duradero”.

Redacción Fortuna

Eric Lefkofsky siempre tuvo una mentalidad lucrativa. En su primer año en la facultad, se dio cuenta que tenía un don para los negocios cuando vendiendo alfombras a otros alumnos ganó US$ 10.000 al año, según una publicación de blog que escribió en 2012. Su trayectoria empresarial se caracterizaba por ser más parecida a los capitales de riesgo que a los "fundadores típicos": tener una idea, construir un negocio, sacar el dinero y seguir adelante, todo a una gran velocidad. 

En 1999, Lefkofsky y su compañero de la facultad de derecho Brad Keywell se mudaron a Chicago y fundaron una de las primeras empresas de Internet Starbelly. La compañía rápidamente escaló y tan solo nueve meses después decidieron venderla por US$ 240 millones. En 2001, cofundó InnerWorkings para ayudarlo a imprimir y enviar libros y revistas. Después de tener problemas para “encontrar camiones para entregar cosas”, Lefkofsky y Keywell fundaron Echo Global Logistics en 2005. Gracias a Echo comprendió que muchos de sus materiales de marketing eran utilizados por compradores de medios. Por este motivo decidió fundar MediaBank en 2006.

En 2008, luego de que un  empleado de InnerWorkings le presentara una idea basada en el comercio electrónico colectivo. Lefkofsky y Keywell fundaron Groupon. El meteórico ascenso de la empresa culminó con una oferta pública inicial de US$ 13.000 millones en 2011 y colocó a Lefkofsky en "The Forbes 400" por primera vez.

“Nunca tuve miedo de actuar. Es una de mis mayores fortalezas en los negocios. Cuando tengo una idea o llego a una conclusión, actúo en consecuencia, inmediatamente y sin reservas”, escribió Lefkofsky en la publicación del blog.

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En esos años nunca imaginó que su futuro estaría en el único sector que prometió no involucrarse, el sistema de salud. Durante toda su carrera empresarial Lefkofsky insistía en que nunca crearía una empresa de atención médica porque era una industria demasiada regulada. Sin embargo, en 2014 a su esposa le diagnosticaron cáncer de mama y sus prioridades cambiaron.  Pasó un año hablando con oncólogos y luego, a pesar de no tener experiencia en atención médica, fundó Tempus en 2015.

Comenzó como una empresa de datos centrada en la oncología, secuenciando muestras de tumores de pacientes con cáncer y analizándolas con modelos de inteligencia artificial para ayudar a determinar un diagnóstico más preciso y tratamientos personalizados. Hoy en día se está expandiendo a algunos trastornos psiquiátricos (depresión, ansiedad, TDAH) y problemas cardiológicos con el objetivo de aplicar la inteligencia artificial a "todas las áreas de enfermedades a nivel mundial". Incluso, está licenciando parte de sus datos a empresas farmacéuticas como AstraZeneca e investigadores de lugares como la Clínica Mayo.

A mediados de este año, Tempus salió a la bolsa con una valoración de US$ 6.000 millones y rebautizada como Tempus AI. Desde entonces, el precio de sus acciones viene creciendo un 22%, lo que le otorga una capitalización de mercado de US$ 7.600 millones. El paquete accionario de Lefkofsky vale alrededor de US$ 2.500 millones, lo que representa más de la mitad de su patrimonio neto de US$ 4.400 millones y lo sitúa en la lista Forbes 400 de los estadounidenses más ricos este año por decimosegunda vez.

Si bien Lefkofsky siempre se caracterizó por ser una persona decidida, dedicada a resolver problemas y seguir adelante con un nuevo emprendimiento, con Tempus la historia parece ser diferente. De hecho espera que supere a Groupon como el “legado duradero” de su carrera

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De acuerdo con Forbes, esta no solo es la primera empresa que Lefkofsky funda solo, sino que también es, con diferencia, donde ha pasado más tiempo como director ejecutivo. Antes de Tempus, solo había sido director ejecutivo de una empresa pública una vez: en Groupon, en un puesto interino de codirector ejecutivo después de que su junta directiva (que presidía Lefkofsky) despidiera a Andrew Mason.

"Cuando decidí fundar Tempus, supe que nunca más quería dejar de ser director ejecutivo", le confirmó a Forbes. “Me gusta hacer llamadas. Me gusta ser responsable si todo sale bien. Me gusta ser responsable si las cosas salen mal”.

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Tempus, su "hijo predilecto"

Desde un principio, Tempus se mantiene muy alejado de lo que Lefkofsky promulgó durante sus primeras dos décadas como emprendedor. Doce años atrás, el empresario sostenía que "desarrollar una empresa no es... diferente del apego de un padre a un hijo”. En esta ocasión, Lefkofsky asevera que una pasión personal impulsó a Tempus: “Crear un negocio es como criar a un niño”, subrayó a Forbes el mes pasado.

Comentó que al principio no estaba seguro si Tempus debía ser una compañía o una organización sin fines de lucro, por lo que él mismo financió en gran medida el negocio con unos US$ 100 millones, una combinación de efectivo personal y una inversión de su firma de capital de riesgo Lightbank. "Tenía miedo de que nadie ganara dinero con ello", señaló Lefkofsky.

Su mentalidad cambió al poco tiempo. Lefkofsky explicó que a medida que Tempus crecía, él quería asegurarse de hacer "prácticamente lo contrario de lo que había fallado antes". De esta forma, la empresa comenzó a crecer lentamente permaneciendo en un solo país (Estados Unidos). Recién a principios de 2024, la compañía decidió ingresar a un nuevo mercado, Japón. 

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Otro claro ejemplo del cambio en su forma de actuar fue que Tempus tardó más para salir a bolsa, nueve años en comparación con los cuatro o cinco de las otras tres OPI de Lefkofsky. Incluso, salvo por Pathos, que cofundó en 2020, el empresario no comenzó ningún nuevo negocio en una década. 

Tempus obtiene algo más de la mitad de sus ingresos (55% en el primer semestre de 2024) del análisis genético de muestras de pacientes enviadas por médicos y hospitales. El resto de los ingresos (alrededor del 45%) provienen de la concesión de licencias de su enorme tesoro de datos para uso en investigación, en particular para ayudar con el diseño de ensayos clínicos, el descubrimiento y el desarrollo de fármacos. Diecinueve de las 20 compañías farmacéuticas más grandes del mundo pagan desde US$ 150.000 y US$ 500.000 (según un informe de un analista de JPMorgan) hasta cientos de millones de dólares para acceder a los datos de la compañía. 

La firma tiene contratos de cinco años con AstraZeneca (al menos hasta 2028) y GlaxoSmithKline (al menos hasta 2027) por un valor de hasta US$ 300 millones cada uno. 

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El camino sinuoso de Tempus

El camino a seguir por Tempus no será fácil. Tiene varios competidores importantes, incluidos Foundation Medicine y Flatiron Health (ambos comprados por el gigante farmacéutico Roche por un total combinado de US$ 4.300 millones en 2018), así como Guardant Health (que salió a bolsa en 2018 y tiene una capitalización de mercado de US$ 2.700 millones) por el acceso. a datos de pacientes de hospitales y compañías farmacéuticas y las mismas muestras de laboratorio de médicos que pueden elegir de forma independiente dónde enviarlas. 

Tempus está actualmente involucrado en dos demandas con Guardant por propiedad intelectual. El primero porque Guardant alega una infracción de patente para algunas de las pruebas genómicas líquidas de Tempus (la demanda se presentó unos cinco años después de que Tempus comenzara a utilizar las pruebas). El otro conflicto es una demanda de Tempus a dos de sus ex empleados, alegando que descargaron secretos comerciales para utilizarlos en sus nuevos trabajos en Guardant. 

Por si fuera poco, el personal del laboratorio de Tempus en Chicago se sindicalizó en marzo por preocupaciones sobre una mejora en la atención de los pacientes, niveles de personal y condiciones de trabajo más seguras (la primera vez que una empresa de IA se sindicaliza con éxito). 

Pese a estos desafíos, se prevé que Tempus sea rentable durante el próximo año y con mucho espacio para crecer. "Espero que Tempus sea el legado duradero de mi carrera", afirmó Lefkofsky,. “Tiene el potencial, diferente a todo lo que haya construido. …. Nunca hubo un momento en ninguna empresa en la que estuve en el que pensé que esto podría ser tan grande como Apple", concluyó.

 

RM