Agustín Dranovsky, CEO de Compañía de Tierras Sud Argentino, que produce alimentos, fibras y madera desde la Patagonia, analiza 2025 y comparte sus expectativas para 2026.
Fortuna: ¿Cómo describirían el 2025 para su sector?
Dranovsky: Para quienes producimos alimentos, fibras y madera desde la Patagonia, 2025 fue un año desafiante, pero con matices. La baja de la inflación desde los niveles de tres dígitos de 2023–2024 nos dio algo más de previsibilidad, aun cuando los precios siguen creciendo a tasas elevadas para cualquier estándar internacional. Al mismo tiempo, la volatilidad del tipo de cambio, un financiamiento todavía caro y los vaivenes en los precios internacionales —sobre todo en la lana— presionaron los márgenes y nos obligaron a tomar decisiones de inversión con mucha prudencia.
En ese contexto, el balance de Compañía de Tierras Sud Argentino fue positivo: superamos el presupuesto en producción de granos y carne, consolidamos equipos en todas las estancias y profundizamos la mejora de procesos. Más importante aún, terminamos de ordenar algo que venimos construyendo hace años: que la sustentabilidad deje de ser un capítulo aparte para convertirse en uno de los pilares más fuertes de nuestra cultura organizacional.
Fortuna: ¿Cuáles fueron los principales hitos, lanzamientos, aperturas o logros que destacaría la compañía durante este año?
Dranovsky: Los principales hitos del año hablaron justamente de esa transformación. Publicamos nuestro Reporte de Sustentabilidad 2024 y asumí formalmente el rol de responsable ESG, para garantizar que cada decisión —de inversión, de manejo productivo, de capital humano— se mire también desde sus impactos sociales y ambientales. Implementamos de manera más sistemática nuestras certificaciones (RTRS para soja responsable, Responsible Wool Standard, orgánica y Nativa), avanzamos en medición de huella de carbono en Estancia Santa Marta y profundizamos el uso de energía renovable y sistemas solares para agua y electricidad, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.
En paralelo, seguimos expandiendo nuestro proyecto forestal —con más de 10.000 hectáreas plantadas y planes de expansión— y reforzamos el vínculo con las comunidades donde operamos: programas de empleo local en Estancias Cordillera, donaciones de alimentos a parroquias y comedores en Estancia Cóndor, apoyo a escuelas rurales y a la Fundación Cruzada Patagónica, pasantías con la Universidad Nacional de Mar del Plata y acompañamiento a las tejedoras de Cushamen, entre muchas otras acciones.
Especial Fortuna: Visión de los CEOs 2025-2026
Fortuna: ¿Qué lecciones clave o aprendizajes se llevan de los desafíos enfrentados este año?
Dranovsky: ¿Qué aprendimos de un año así? Primero, que la volatilidad macro no puede ser excusa para no invertir en la calidad de nuestros sistemas productivos. La diversificación entre ganadería ovina y bovina, agricultura y forestación, sumada a la gestión profesional del riesgo climático, fue clave para atravesar sequías, nevadas y variaciones pluviales sin perder el foco en el largo plazo. Segundo, que la licencia social para operar se construye todos los días: con transparencia, códigos de ética, canales de denuncia y una relación honesta con las comunidades y pueblos originarios. Y tercero, que la sustentabilidad —desde sus pilares económico, social y ambiental— es hoy condición para la competitividad futura.
Fortuna: De cara al 2026, ¿cuáles son los principales desafíos que identifica para su negocio en el contexto local?
Dranovsky: De cara a 2026, los desafíos para nuestro negocio en el contexto local son claros. Necesitamos reglas de juego que acompañen decisiones de inversión de muy largo plazo: infraestructura en rutas, puertos y energía que reduzca costos logísticos, marcos tributarios y laborales que incentiven la formalidad y la radicación de talento en la Patagonia, y una política agroindustrial que entienda que el mundo nos está pidiendo exactamente lo que podemos ofrecer: proteínas, fibras y madera con trazabilidad y baja huella de carbono.
Fortuna: ¿Qué oportunidades de crecimiento o nichos de mercado visualizan como prioritarios para el próximo año? ¿Dónde pondrán el foco?
Dranovsky: En ese escenario, vemos oportunidades concretas de crecimiento. Nuestros proyectos para 2026 se centran en seguir aumentando stocks y ventas ganaderas, fortalecer la producción agrícola y avanzar en el desarrollo del área forestal. Un eje estratégico será la mejora genética ovina, buscando reducir la finura de la lana y aumentar la producción de corderos, para capturar mejores precios y mercados más exigentes.
Al mismo tiempo, vamos a profundizar dos vectores que consideramos decisivos. El primero es la sustentabilidad: consolidar objetivos transversales a todas las actividades, avanzar en medición y reducción de huella de carbono, expandir la generación renovable en nuestras estancias y seguir demostrando que la producción a gran escala puede ser rentable y regenerativa. El segundo es el capital humano: más capacitación técnica, más programas de desarrollo para los equipos y más atracción de nuevos talentos que quieran construir su carrera en la Patagonia.
Fortuna: ¿Cuáles son los planes, proyectos o inversiones concretas más importantes que tienen previstos para 2026?
Dranovsky: La incorporación de tecnología jugará un rol central: sistemas de trazabilidad más sofisticados, captura y análisis de datos en tiempo real y herramientas digitales para mejorar la planificación y la eficiencia en cada establecimiento. En paralelo, exploramos nuevas fronteras vinculadas a la transición energética, como el desarrollo de proyectos eólicos e iniciativas de hidrógeno verde en zonas de altísimo potencial, que pueden transformar a la región en un polo estratégico para la descarbonización.
Fortuna: En una frase: ¿Cuál será la palabra clave o el concepto que guiará la estrategia de su empresa el próximo año?
Dranovsky: Si tuviera que sintetizar nuestra hoja de ruta para 2026 en una sola palabra, sería regeneración: regenerar suelos, regenerar vínculos con las comunidades, regenerar confianza en la capacidad de la Argentina —y de la Patagonia en particular— de producir más y mejor, cuidando la tierra de la que dependen las próximas generaciones.