El co-autor del libro "La Convergencia de las Tecnologías exponenciales y la singularidad tecnológica" devela su pasión por la nanotecnología y cómo fue que sus caminos se cruzaron.
Adrián Tozzi es co-autor del libro "La Convergencia de las Tecnologías exponenciales y la singularidad tecnológica", Editorial Temas.
Licenciado en Sistemas y Magíster en Tecnologías de la Información (UCAECE). Profesor Universitario en carreras de Sistemas, Nanotecnología y Gestión de Negocios. Capacitador y muchas cosas más. Sin embargo, ninguno de todos estos cargos y experiencia fue lo que impulsó la pasión que lo desvela: la nanotecnología.
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¿Adrián como llegó la nanotecnología a tu vida?
Tozzi: Una vez en una revista literaria leí que todos los relatos de la humanidad giran en torno a lo mismo, un viaje, un amor y como se cruzan ambos. Y no dejo de ver la vida como un viaje. Mi primer gran amor dejó este plano por un cáncer. Cuando mi madre falleció sentí una gran impotencia. Porque con todo lo que había estudiado y aprendido solo podía quedarme a su lado y darle la mano. Esa impotencia en lugar de sumirme en una depresión me llevó a pensar que sabía yo para que en el futuro nadie pasara por mi situación. Entonces cuando encontré la nanotecnología mi cabeza se disparó a lugares impensados. No podía dejar de ver nanobots ingresando al torrente sanguíneo y destruyendo las células malignas.
Apoya sus manos en la mesa y su silencio, después de esta frase disparada como una ráfaga de metralla, me da pie a continuar la entrevista.
¿Esa conexión con la tecnología como matriz de cambio surge en ese momento, pero tu relación con la tecnología tan fuerte también?
Tozzi: Noooo, eso me acompaña casi desde que llegue a este mundo. Una sonrisa se dibuja sutilmente y parece transportarlo en el tiempo. Desde chico la televisión me deslumbro con historias donde la tecnología era central. Mazinger Z y su impacto en la robótica. El hombre nuclear como intervención de la tecnología en la mejora de la vida de la gente. Mirando ahora en perspectiva y hablando con vos me parece que estaba destinado a estudiar lo que estoy estudiando ahora.
La tecnología cambia a pasos agigantados y tu interés siempre estuvo ahí, ¿Cómo te mantenés al día con estos cambios? -
Tozzi: Llegar a los 50 y estar actualizado es un desafío, volvemos a la teoría de los relatos y creo que en este viaje donde me embarqué desde que puse un pie en este mundo, otro amor que me acompaña en la curiosidad. Una curiosidad que se extiendo a mi formato de estudiante eterno, todo el tiempo estoy estudiando distintos papers y formándome en avances tecnológicos. Para esto fue y es vital la facultad en mi vida.
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¿Eso es muy interesante cómo sería?
Tozzi: Claro, ser estudiante en un momento me llevo al paso lógico de ser profesor. Y este último punto está otra de las claves para permanecer actualizado. Como profesor universitario todos los años me enfrente a un nuevo grupo de jóvenes alumnos que vienen a formarse en tecnología. La curiosidad de mis alumnos es el combustible que renueva mi curiosidad. El mundo está repleto de misterios y la tecnología y, en este caso puntual, la nanotecnología es una pequeña lupa para ir revelándolos. No estamos lejos, por ejemplo, de que nanobots trasladen directamente la droga a la celular cancerígenas y reemplacen a la quimioterapia tradicional.
En este atlas de distintas aristas que es descubrir de poco a un entrevistado, voy al tema que en teoría puede ser aburrido, pero con Adrián y su pasión es un misterio ver por dónde puede salir, me animo a pregunta:
Mirando tu cv, veo que figuras como especialista en base de datos. No se me ocurre nada más lejano al sentimiento humano que la base de datos. Como llegas a eso.
Adrián, se acomoda en la silla, como si estuviera esperando esta pregunta y la respuesta la hubiera cincelado con paciencia durante décadas:
Tozzi: Nada más humano que una base de datos, de hecho, la base de la civilización humana es la base de datos. La diferencia entre la vida y la muerte se construyó con el manejo de los datos. Con la llegada de las matemáticas primero y con el manejo de la información para cruzar las existencias de granos con el consumo promedio de la población para saber si pasaría el invierno o podrían morir muchos por una hambruna. Hoy asociados a la big data y la AI, los progresos derivados son muy difíciles de comprender. Eso es lo que me desafía, me tiro de cabeza a la pileta para comprenderlo. Mi curiosidad de niño no va dejar pasar esa oportunidad.
Y la industria ¿entiende este camino? ¿Tenes muchas consultas o trabajo con empresas con esto?
Tozzi: Es la clave del manejo del negocio para la mayoría de las ramas de la industria, conocer como siente (ya no como piensa) nuestros clientes es lo vital para, no solo ganar mercado, si no para poder surfear las olas del cambio permanente. Y, aunque no lo creas, la ciencia de datos abre un gran camino de creatividad. Tener datos está al alcance de cualquiera que pueda invertir en hardware. Qué hacer con esos datos implica creatividad, comprender que preguntarle a los datos para obtener información que necesitas es la clave. Y una base de la creatividad es la capacidad de compartir conocimiento y poder preguntarse y preguntarse con otro. Por eso donde más aprendo es en mis tareas de mentoría en la municipalidad de San Isidro
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El bar con el sonido de la máquina de café y los ruidos de tasas y charlas de los clientes se acompasan, en una banda de sonido que impulsa mi última pregunta
Muy interesante, de cara a lo hablamos hasta este momento: ¿Cómo ves el futuro de la nanotecnología? y ¿qué relación puede tener con la inteligencia artificial y la gestión de datos?
Tozzi: Aquí se abre un amplio horizonte... La posibilidad que nos permite la tecnología de trabajar en pequeña escala, a varios de miles de niveles más pequeños que un cabello humano, no sólo nos permite explorar y transformar materiales, sino que la cantidad de información crece exponencialmente con este nuevo abanico de profundidad de datos. La ola del manejo de la información, el aprendizaje que nos pueden dar estos nuevos descubrimientos por medio de la inteligencia artificial y sus propiedades. Quien te dice que el sueño de curar el cáncer ya no esté tan lejos ¿No?
Esta última frase es acompañada por un dibujo que Adrián hace en el aire con el dedo índice extendido y el último rayo de sol ilumina su mano para reflejar en la pared la sombra alargada de su dedo que parece señalar el futuro. Nuestra charla terminó y mientras apuro el paso para llegar al auto su curiosidad retumba en mi mente y deja una mi una sensación cálida, una sensación de futuro mejor y humano.
