“La movilidad no es el auto, es un sistema que está cambiando todo”

Guillermo Dietrich, CEO de BYD Dietrich, analiza 2025 y comparte sus expectativas para 2026.

Redacción Fortuna

Durante décadas confundimos movilidad con autos. Pensamos en motores, combustibles, concesionarias y propiedad. Pero la movilidad nunca fue solo eso. La movilidad es un sistema: uno que organiza ciudades, define el uso del espacio público, genera oportunidades y condiciona, muchas veces sin que lo notemos, la calidad de vida de millones de personas.

Hoy ese sistema está atravesando la transformación más profunda de su historia. Y no es una consigna futurista: es una realidad que ya está ocurriendo y Argentina está entrando esta nueva era. Con este desafío en la cabeza, inauguramos una nueva concesionaria BYD Dietrich en Palermo, CABA. Para nosotros, en Dietrich, no es sólo una apertura comercial, es una apuesta concreta al país, al crecimiento y al futuro de la movilidad en la Argentina con una visión que nos entusiasma muchísimo por todo lo que se viene.

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Electrificación, software, inteligencia artificial y nuevos modelos de uso están cambiando las reglas de juego. No se trata de una evolución gradual, sino de un cambio estructural. Para nuestra empresa familiar, con más de 60 años de historia, este paso tiene un valor especial. No solo por lo que representa en términos de inversión, generación de empleo y apuesta a la vanguardia, sino porque expresa una convicción muy profunda: creemos que Argentina tiene que ser parte activa de esta transformación global, no un espectador tardío.

BYD no es una automotriz, es una empresa de tecnología

Entender esto es clave para comprender por qué esta alianza es tan relevante. BYD nació fabricando baterías y hoy domina tecnologías críticas de punta a punta: almacenamiento de energía, electrónica de potencia, plataformas inteligentes y software. Los autos son el resultado de esa integración tecnológica, no su punto de partida.

Por eso BYD es hoy la marca líder mundial en vehículos de nueva energía. No compite solo por diseño, motorización, autonomía o precio, sino por arquitectura tecnológica, por escala y por velocidad de innovación. Mientras muchos todavía están adaptándose al cambio, BYD ya está construyendo el estándar del futuro.

Para nosotros en Dietrich, acompañar esa vanguardia desde una empresa familiar argentina es un enorme orgullo y, al mismo tiempo, un desafío. Significa prepararse, capacitar equipos, invertir en infraestructura y animarse a romper inercias de décadas. Pero también significa algo más profundo: hacer accesible tecnología de clase mundial para los argentinos.

Electromovilidad, seguridad y datos que importan

La movilidad eléctrica no es solo una discusión ambiental. Es eficiencia energética, menor costo de mantenimiento, mejor experiencia de uso y, cada vez más, mayor seguridad. De la mano de la electromovilidad vienen los vehículos autónomos. Los avances en conducción asistida y autónoma empiezan a mostrar resultados contundentes. En ciudades donde ya operan sistemas de robotaxis, como los desarrollados por Waymo o los que está usando UBER en Estados Unidos, los datos de siniestralidad muestran reducciones significativas frente a la conducción humana. Menos errores, menos distracciones, menos decisiones impulsivas. Los cálculos indican que si un 30% de los autos fueran autónomos, se reducirían el 40% de los siniestros de tránsito. Eso generaría un interés tremendo en el mercado de los seguros que acelerarán la transición.

Estos números no cierran un debate, pero sí lo elevan. La pregunta deja de ser si la tecnología funciona y pasa a ser cómo la integramos de manera responsable y gradual en nuestras ciudades a nuestras vidas. ¿Tendrá sentido en el futuro manejar? Me siento rarísimo escribiendo esto pero sé que es una de las preguntas que todos nos vamos a hacer en los próximos años.

Durante más de un siglo, el auto privado fue sinónimo de progreso y libertad. Hoy, especialmente en grandes ciudades, ese modelo empieza a mostrar sus límites.

Vehículos que pasan la mayor parte del tiempo estacionados ocupan un espacio urbano cada vez más escaso y valioso. La movilidad del futuro apunta a menos propiedad y más acceso: vehículos compartidos, servicios bajo demanda y sistemas integrados.

No es una discusión ideológica. Es una cuestión de eficiencia urbana, de costos y de calidad de vida.

En ese escenario, los autos eléctricos juegan un rol central, y tecnologías emergentes como los eVTOL —vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical— asoman como complementos puntuales para determinados trayectos. No reemplazarán al transporte terrestre, pero ayudan a imaginar una movilidad más flexible y multimodal.

Después de muchos años trabajando en el sector público y hoy desde el sector privado, sigo convencido de algo esencial: la movilidad bien pensada y planificada mejora la vida de la gente.

La inauguración de BYD Dietrich es, para nosotros, una forma concreta de aportar a ese futuro. Es invertir en el país, generar capacidades locales y traer al mercado argentino tecnología que ya está transformando al mundo.

No creemos que el futuro de la movilidad sea una versión mejorada del pasado. Creemos que va a ser algo distinto. Y estamos orgullosos de construirlo desde una empresa familiar argentina, junto a la marca líder mundial en nuevas tecnologías de movilidad.

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