Estrés laboral: cómo llegar a fin de año y no morir en el intento

Qué es el burnout, cómo detectarlo y 5 estrategias para gestionar el agotamiento característico de esta época.

Redacción Fortuna

Diciembre suele ser traer consigo una gran carga de estrés producida por una agenda cargada de innumerables reuniones y compromisos, la presión por alcanzar los objetivos proyectados, los agobiantes balances, tanto a nivel profesional como personal, todo esto sumado al cierre de las actividades escolares, los preparativos para las fiestas y a un contexto de incertidumbre económica que agrava aún más la situación.

A este sentimiento de agotamiento físico, emocional y mental, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define formalmente como síndrome de burnout. 

A continuación, 5 factores importantes para poder detectar si nos encontramos ante un caso de burnout y 6 recomendaciones para ayudar a prevenirlo

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¿Cómo detectar un posible síndrome de burnout?

5 factores más importantes identificados por los expertos en gestión del talento de Randstad para poder detectar si nos encontramos ante un caso de burnout:

1. Fatiga  crónica, problemas de sueño y afecciones de salud; un indicador claro de estar padeciendo burnout es la sensación constante de cansancio,  incluso después de un buen  descanso, y en  los casos más graves, la aparición de insomnio y dificultades para conciliar el sueño. La  persona que sufre de estrés crónico  también  puede ver afectada su salud de distintas maneras. Pueden presentarse cambios en el apetito, derivando en una pérdida o aumento significativo de peso.  Asimismo,  pueden padecerse  dolores de cabeza o  de  estómago recurrentes, gastritis, acidez, entre otras afecciones asociadas al malestar emocional.
2. Falta de concentración y descenso del rendimiento: el cansancio extremo también puede llevar a las personas a manifestar dificultades para la toma de decisiones en su lugar de trabajo. Una decisión correcta y efectiva requiere de claridad de pensamiento y de un gran nivel de concentración, habilidades que se ven seriamente afectadas bajo los efectos del burnout. Todo esto lleva a una baja en la productividad y a que las responsabilidades laborales diarias se vivan como un  gran peso.
3. Desinterés y falta de motivación: otra señal clave de burnout es la falta de interés y motivación para realizar tareas laborales que antes le resultaban gratificantes. La persona no tiene energía y se angustia pensando en todas las obligaciones y compromisos que debe cumplir, pierde el entusiasmo y hasta puede sentir rechazo por su trabajo y su empleador.
4. Frustración, irritabilidad y negatividad: el estrés crónico saca lo peor de cada uno, nos vuelve irritables, negativos, malhumorados y nos quita claridad, dando lugar a respuestas emocionales exageradas frente a situaciones cotidianas. Cualquier problema laboral se torna personal, un comentario constructivo se asume como una crítica negativa, socavando el buen funcionamiento de los equipos y derivando constantemente en situaciones que tensan los vínculos.
5. Problemas vinculares y aislamiento: el agotamiento también influye en la manera que tenemos de relacionarnos con jefes y colegas, haciendo que quienes lo sufren tiendan a aislarse y convertirse en personas poco colaborativas. Esto influye negativamente, por un lado, en la productividad de los equipos, y por el otro, aumentando los síntomas en la persona que lo padece al no sincerarse y pedir ayuda,  hecho que incrementa  el sentimiento de soledad y de incomprensión.

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Estrategias para prevenir el síndrome de Burnout

Los expertos en gestión del talento de Randstad proponen estas 6 recomendaciones para ayudar a prevenir el estrés laboral típico de fin de año:

1. Aprender a delegar tareas. uno de los grandes motivos por los cuales llegamos a un estado de burnout es  por asumir más responsabilidades de las que somos capaces de abarcar. Es necesario aprender a delegar tareas y  a registrar cuando no vamos a poder cumplir con todo lo que se nos pide. Hay que perder el miedo a exponer una situación como esta, ya que se trata de nuestra salud la que está en juego.
2. Fijarse objetivos razonables. un gran tema, especialmente a fin de año, son las metas profesionales y personales. Tal vez muchas se hayan alcanzado e incluso superado, aunque posiblemente nos queden algunas en el camino. Frente a esta realidad, es aconsejable visualizar los objetivos para el año entrante de manera pragmática, con objetivos alcanzables y que contemplen también la faz personal, ya que el desarrollo profesional y la realización personal necesariamente van de la mano.
3. Establecer límites entre el trabajo y la vida personal. gran parte del estrés de fin de año surge por la dificultad para sostener una vida equilibrada dado que las jornadas laborales se vuelven interminables, los compromisos se multiplican y entran en tensión con nuestras actividades personales y familiares, que también se intensifican en esta época. Para esto, lo mejor es poner límites, aprender a decir que no para evitar sobrecarga de responsabilidades y compromisos.
4. Disfrute y cuidado personal. cuando se está atravesando una situación de alta exigencia es indispensable poner foco en el respeto del tiempo personal.  Es  muy importante reservar un momento del día para el disfrute y la desconexión, para realizar actividades que nos gusten y gratifiquen fuera del trabajo. También  es indispensable cuidar nuestras fuentes de energía llevando una alimentación sana, y durmiendo al  menos unas 7 u 8 horas diarias. 
5. Incorporar técnicas para el manejo del estrés. cualquier actividad que nos ayude a regular los niveles de estrés acumulados a lo largo del día es bienvenida. Están quienes prefieren realizar deportes de impacto para canalizar la tensión  acumulada, otros eligen actividades más relajantes como  el yoga o la meditación y  hay quiénes  se desconectan de sus preocupaciones a través de alguna actividad artística. Las opciones son infinitas y todas son igual de válidas para relajarnos y volvernos a nuestro centro.
6. Asumir y comunicar la situación. frente al más mínimo síntoma o señal que pueda indicar que estamos frente a burnout o un estado de agotamiento extremo, el primer paso para comenzar a manejar la situación es asumir el padecimiento y comunicárselo tanto a jefes y colegas para que puedan entender el estado de angustia que se está atravesando y puedan acompañarnos y sostenernos durante el período de recuperación.

 

RM