Multimillonario francés está envuelto en un caso de espionaje

El presidente de LVMH y el quinto hombre más rico del mundo, Bernard Arnault, tuvo que declarar en el juicio al ex jefe de la agencia de inteligencia nacional de Francia, Bernard Squarcini.

Redacción Fortuna

El empresario del lujo, Bernard Arnault, tuvo que testificar en el juicio por tráfico de influencias del ex jefe de la agencia de inteligencia nacional de Francia, Bernard Squarcini. Si bien el presidente de LVMH no está siendo acusado de nada,  tuvo que declarar ante la justicia acerca de algunos hechos que afectan la imagen de la compañía. 

Sucede que Squarcini, exjefe del servicio de seguridad DCRI (desde entonces rebautizado como DGSI), es uno de los 10 hombres juzgados y acusados ​​de utilizar sus contactos de seguridad para beneficio privado, incluida la obtención de información confidencial en nombre de LVMH. En ese sentido, enfrenta 11 cargos en el caso penal de París, entre los que se destaca tráfico de influencias, malversación de fondos públicos y comprometer información de seguridad nacional.

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De acuerdo con la investigación, entre 2008 y 2012, momento en que Squarcini dirigía la DCRI, se desplegaron agentes para tratar de identificar a un chantajista que tenía como objetivo a Arnault

En su declaración inicial, Arnault dijo: "Me gustaría señalar que estoy aquí como testigo, un simple testigo, y que mi acusación nunca fue considerada por los magistrados instructores". En su testimonio que duró casi tres horas, el empresario aseguró desconocer cualquier tipo de plan espionaje o investigación. 

Al parecer, habría sido el brazo derecho del presidente de LVMH, Pierre Godé –fallecido en 2018– quien llamó a Squarcini para “informarlo” de las amenazas. 

 "No me corresponde a mí juzgar lo que el señor Gode podría haber hecho. No estaba en absoluto consciente", dijo el hombre de 75 años ante el pleno de un tribunal de París, añadiendo que LVMH tenía una política clara de respetar la ley.

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Espionaje a Francois Ruffin

Otras acusaciones se relacionan con el espionaje a Francois Ruffin, un ex periodista que ahora es un destacado legislador de izquierda y al periódico de izquierda Fakir, que el mismo Ruffin fundó.

LVMH le habría pagado a la consultora Kyrnos de Squarcini 2,2 millones de euros por servicios que incluían una supuesta búsqueda de antecedentes de personas sospechosas de falsificar artículos de lujo. Según información de Reuters, el ex director del DCRI supuestamente vigiló a Ruffin y a miembros de su publicación de izquierda Fakir mientras planeaban perturbar una reunión de accionistas de LVMH y preparaban su documental satírico "Merci Patron".

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La película, que ganó el premio César francés al mejor documental en 2017, sigue a miembros de una familia que perdieron su trabajo en un proveedor de LVMH. En declaraciones a los periodistas después del juicio, la abogada de Arnault, Jacqueline Laffont, dijo que el interrogatorio de los abogados de Ruffin tenía poco vínculo con los hechos examinados en el juicio.

"LVMH aparece en cada página del expediente de este proceso, habiendo ordenado los actos por los que se juzga a los acusados", afirmó Benjamin Sarfati, abogado de Ruffin. Cuando se le preguntó sobre Ruffin en el tribunal, Arnault dijo que había visto su película y la había encontrado "muy divertida".

 

RM