La remodelación y puesta en valor de los espacios estuvieron a cargo de Grupo L. El proyecto demandó una inversión de $200 millones. Las confiterías están destinadas al esparcimiento antes, durante y después de las funciones.
El Teatro Colón, uno de los espacios más icónicos de la Ciudad de Buenos Aires, renovó por completo sus espacios gastronómicos para brindar una experiencia completa a sus visitantes.
En ese sentido, se le otorgó la concesión completa al Grupo L y su marca Blue Catering. De esta forma, la firma se hará cargo tanto del comedor para colaboradores/as de toda la institución, bailarines/as y músicos, entre otros, así como también de la confitería del Pasaje de los Carruajes (abierta a todo público, pudiendo ingresar por Viamonte o Tucumán); los foyers que ofrecen servicio previo al ingreso a los espectáculos, y las confiterías Viamonte y Tucumán.
Cabe señalar que, de las dos confiterías, de momento solo se encuentra abierta al público aquella ubicada sobre la calle Viamonte. La Confitería Tucumán se encuentra en proyecto de renovación.
“El proyecto de inversión para la puesta en valor de todas las confiterías del Colon supera los $ 200 millones, de los cuales $ 100 millones ya se invirtieron para la remodelación de la Confitería Viamonte y las 3 barras de los Foyer”, detalló Sebastián Lusardi, director ejecutivo de Grupo L. “Apostamos a preservar este lugar lleno de historia, arte y cultura, cuidándolo y trayendo la mejor gastronomía para ofrecer una experiencia culinaria a la altura de este increíble teatro”, recalcó.
De acuerdo con lo informado por la empresa, todas estas instalaciones fueron transformadas con el objetivo ofrecer una experiencia gastronómica excepcional, al mismo tiempo que respeta la historia y tradición del monumento histórico nacional.
Teatro Colón: Obra dramática y perfección edilicia
¿Cómo serán los nuevos espacios gastronómicos del Colón?
La encargada de diseñar la renovación de Viamonte es la interiorista "Coty" Larguía. Con su estudio pusieron a punto el lugar teniendo en cuenta la importancia de la preservación y puesta en valor de este patrimonio cultural.
La especialista afirmó que, “el mayor desafío a la hora de rediseñar la Confitería de Viamonte fue hacerlo desde el respeto que merece. Lo primero que pensé y lo que me inspiró fue la conexión emocional que teníamos que tener con sus usuarios, los abonados, los espectadores, los clientes, que desde hace décadas la sienten propia, teníamos que lograr que se sintieran más a gusto aún, no en otro lugar. Teníamos la misión de potenciar y transformar la experiencia pero sin imponernos”. “Se buscó capturar la esencia de este emblemático lugar, teniendo en cuenta su importancia en la comunidad artística y en la vida cultural de la ciudad”, remarcó.
Desde el estudio, se realizó un exhaustivo análisis de las necesidades de uso actuales de la confitería, con el objetivo de aumentar la capacidad de asientos y fomentar la interacción entre los visitantes en esos breves momentos que comparten en el lugar. Para lograrlo, se tomaron varias decisiones de diseño. Se reemplazó la gran barra central por dos barras más pequeñas ubicadas en los extremos, lo que permitió una mejor circulación y se priorizó las áreas de asientos. Además, se incorporaron distintas tipologías de mobiliario, destacándose un gran sillón central que se convirtió en el elemento principal de la confitería. La introducción de mesas bajas y mesas altas con banquetas facilitó la interacción y la comodidad de los visitantes.
A cargo de expertos como la Chef Patisserie Romina Aliano y el Sous Chef Alfonso Manrique, cada evento cuenta con menús diseñados especialmente, inspirados en la alta cocina y con ingredientes de primerísima calidad, muchos de ellos importados, como el chocolate utilizado para la pastelería.
RM